Damnificados quedan a su suerte
Con escasa ayuda y sin un hogar donde dormir, las familias afectadas por las lluvias en la OTB Esquilán Chico ubicada en el municipio de Quillacollo, deben buscar por cuenta propia los medios para sobrevivir a los graves daños materiales que dejaron las inundaciones.
El sábado, personal de la Alcaldía se acercó al lugar con maquinaria y bombas, sin embargo, ayer no se presentaron para continuar con el auxilio .
El nivel del agua bajó considerablemente del metro y medio, llegando a los 60 centímetros en las partes más críticas.
Ramiro Padillla, un vecino de la zona, mostró con tristeza su vivienda que se encontraba aún invadida de agua. Los conejos que crió murieron y algunas gallinas que sobrevivieron quedaron acorraladas.
Mientras algunos trataron de rescatar a los animales, otros continuaron sacando sus pertenencias y trasladándolas a las vías de empedrado. Comentaron que muchos pasaron la noche a la intemperie y en oscuridad junto a su ganado o en casas de familiares, al no tener otra opción. Los senderos se llenaron de vacas que se encontraban asustadas y sin nada que comer.
A las 10 de la mañana, llegó la primera ayuda de un ciudadano solidario que llevó cinco botellones de agua, api, cinco paquetes de fideos y seis pares de botas. Pero no fue suficiente para las más de 75 familias que fueron afectadas. “Necesitamos colchones, víveres. Muchos nos hemos quedado sin cocina porque se derrumbaron nuestras viviendas, y la alcaldía no viene, parece que la ayuda sólo llega a un lado”, lamentó una vecina que cuidaba a su niño en brazos, Lizeth Arcangel.
Los pobladores manifestaron que la ayuda no llega de manera “igualitaria” y que pocos se benefician de los insumos que llegaron. “Dicen que el dirigente recibió víveres de la Alcaldía pero parece que sólo a un lado ha llegado, a nosotros nada. Cuando vino el Alcalde le reclamamos pero nos dijo que no debe haber miramiento y que debemos esperar”, comentó Luis Padilla, quien perdió sus pertenencias.
Solicitan atención médica
En las vías de empedrado, varias familias instalaron carpas para dormir. Dijeron que necesitan atención médica inmediata, ya que muchos niños presentan gripe, además que sufren picaduras de mosquito por dormir a la intemperie.
“Pienso que a todos se debería vacunar por cualquier cosa, pero por el momento no vino nadie del Ministerio de Salud”, protestó Padilla.
Las madres dijeron que necesitan medicamentos para tratar la gripe de sus niños. “Mi bebé está enfermo por el tiempo que hemos pasado caminando sobre el agua”, contó Lizeth, con su hijo que tosía sin alivio alguno.
El agua que anegó a las viviendas se encuentra contaminada por la presencia de animales que defecaron en el lugar. También se observaron aguas negras que salieron de las viviendas. Esta situación expone a las familias a contraer infecciones.
VECINOS SE MANTIENEN EN CASAS
Al no contar con otra alternativa, algunas familias optaron por trasladarse a la planta alta de sus viviendas para pasar la noche. Sin embargo, el mantenerse en la infraestructura con los muros humedecidos implica un riesgo de derrumbe.
“Nosotros estamos viviendo en un cuartito con mis hijos y esposo, pero es un riesgo, no sabemos si cualquier momento se puede derrumbar al casa”, relató una vecina, Lizeth Arcangel. En su hogar, el nivel de agua llegó al metro y medio y hasta ayer el agua se mantuvo hasta los 50 centímetros. La madre presentó preocupación por sus hijos que deben asistir al colegio y no contaba con útiles escolares ni ropa.
Otro vecino, Renaldo Salazar, pasó la noche en el segundo piso de su vivienda que se encuentra en construcción y sin techo. No cuenta con una carpa que lo proteja del frío ni la lluvia.
La empresa de metales Comel recibió en sus instalaciones a 10 de las 75 familias damnificadas. “La señora de Comel se nos acercó y nos dijo que pasemos la noche ahí, que no nos hagamos picar con los mosquito y nos acomodamos ahí, somos 10 familias que estamos ahí”, dijo la vecina Nelly Rocha.