Defensoría entregó a Elvis a su padre pese a denuncia; a los dos días el niño huyó
Elvis (11), el niño que llegó manejando bicicleta desde Ivirgarzana hasta la ciudad en busca de su madre, denunció, el pasado miércoles, ante la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Puerto Villarroel que sufría agresiones por parte de su madrastra y hermanastros. Sin embargo, la institución, sin previa evaluación psicológica, entregó al menor otra vez a su padre y luego de dos días éste decidió buscar a su madre Dora A. quien vive en Tiraque junto a sus hermanos.
Al conocer la hazaña del menor a través de este medio de comunicación, la responsable de la Defensoría de ese municipio, Liliana Vázquez, declaró a una radio de Chapare que Elvis tenía antecedentes de ser “problemático” desde mayo pasado y que incluso lo denunciaron por “robo de juguetes”.
En relación a la denuncia de agresión, Vásquez dijo que se programó una sesión para el abordaje psicológico, pero que él no volvió.
“Se ha hecho seguimiento y se ha entrevistado al papá, éste ha desmentido (la agresión física) e incluso vecinos han manifestado que el menor presenta problemas de conducta, no es la primera vez que huye de su hogar”, señaló.
Este medio se contactó con el representante de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Tiraque, Wilson Bazán, quien informó que la madre de Elvis denunció que el padre del menor se lo llevó sin autorización.
“Cuando mostré la foto del niño, sus hermanitos lo reconocieron y se alegraron al saber de él”, dijo Bazán.
Sin embargo, el comandante Regional del Trópico de Cochabamba, Boris Bellido, señaló que ni la Defensoría ni el padre del menor acudieron a la Policía para denunciar la desaparición de Elvis como indica la normativa.
“La Defensoría incumplió su trabajo al no cerciorarse quién tenía la custodia (de Elvis) y obviar el abordaje psicológico, pues entregó de buenas a primeras a su eventual agresor, por eso es que el niño escapa y ante este hecho tampoco se informa a la Policía”, señaló.
“Son hechos por demás negligentes que derivan en la travesía que el niño realizó”, agregó la autoridad policial.
Elvis llegó a la ciudad el domingo después de haber pedaleado durante un día y dos noches. Él denunció que su padre, madrastra y hermanastros mayores lo obligaban a realizar varios trabajos y buscaban cualquier excusa para golpearlo, por eso quería volver con su madre.
El policía que atendió el caso en la EPI 6, Pedro Carpio, indicó que el niño lloró cuando los funcionarios de la Defensoría de Cercado se lo llevaron.
“Él decía que conocía el camino a Tiraque que sólo quería llegar ahí y no quería ir con la Defensoría. Ellos le indicaron que lo llevarían el lunes porque el domingo no había movilidad”, contó el uniformado. Elvis fue remitido a un hogar y todavía no se ha reencontrado con su madre.
La secretaria de Desarrollo Humano de la Alcaldía de Cercado, Andrea García, indicó que no entregarán al niño al padre, porque se deben cumplir varios procedimientos como evaluar cuál de los progenitores puede ayudarlo en sus problemas de conducta.
Explicó que cuando un menor sufre violencia se debe realizar una valoración psicosocial para resguardar su integridad. Además, aseguró que las constantes fugas de Elvis eran indicios que enfrentaba problemas familiares.
VIAJE DE 224 KM
Elvis recorrió 224 kilómetros desde Ivirgarzama a la ciudad de Cochabamba, cuando se cansaba se apartaba del camino y dormía abrazado de su bicicleta, también pedía comida a los viajeros.
OPINIÓN
Rodrigo Gazauhi Espinoza. Especialista en Derechos Humanos y Acceso a la Justicia
Deficiencias en la protección de la niñez en riesgo
Son muchas las instituciones responsables, la primera la Defensoría de dicha localidad la cual parece no tener efectividad en prevenir, sancionar o si quiera perseguir el maltrato o violencia.
El caso del niño que recorrió un largo tramo en bicicleta desde la zona de Ivirgarzama (Puerto Villarroel) en busca de su madre no hace otra cosa que evidenciar las grandes falencias de funcionamiento del sistema de protección de la niñez en nuestro departamento.
Lógicamente, son muchas las instituciones responsables, la primera la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de dicha localidad, la cual parece no tener efectividad en prevenir, sancionar o si quiera perseguir el maltrato o violencia de la cual fue víctima este niño de 11 años.
Un segundo responsable es la familia del niño, ya que se supone que este es el primer entorno de protección de la niñez, donde cada uno de sus miembros está en la obligación de garantizar las condiciones de ejercicio de sus derechos, pero es difícil esperar esto en una realidad boliviana donde los datos muestran que es precisamente la familia la que más los violenta o abandona.
Como hay servidores públicos malos, también están los buenos, entre los deficientes: la Policía y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del Trópico, entre los totalmente ausentes: el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de Cochabamba y los Juzgados en Materia de Niñez y Adolescencia.
Entre los buenos: la Policía y la Defensoría de Cercado, que ante la poca capacidad de respuesta institucional que tiene el sistema de protección (incluso en municipios grandes como Cochabamba) optaron por institucionalizar a Elvis en un hogar de acogida, un comportamiento que lamentablemente puede definirse como “el mal menor” ya que dicha institucionalización debiera ser el último recurso en aplicarse, pues un estudio reciente de Unicef muestra que en Bolivia 8.000 niños, niñas y adolescentes están en esta situación, siendo que hay muchos otros recursos que debieran ser agotados previamente.
Es momento que a la infancia se le reconozca efectivamente la condición de persona y que ese reconocimiento no sea meramente formal ni encuentre en el discurso político una trinchera, sino que efectivamente se traduzca en políticas públicas acorde a nuestras necesidades, pero, sobre todo que la sociedad, el Estado y la familia asuman su corresponsabilidad y participación activa en el tema.