Comedores que viven de donaciones alimentan a decenas de comensales
Cuando el reloj marca las doce, las nueve mesas del comedor de bien social “Olla de la madre” están listas. Sus comensales, 50 adultos mayores, sienten al aroma exquisito del plato del día y esperan para recibirlo.
El sabor es familiar para Humberto, quien lleva cuatro años asistiendo al comedor. El fallecimiento de su familia, lo llevó al comedor. “Estaba solo y un amigo de mi barrio me dijo vamos a mi pensión y fue maravilloso”, relata el hombre de 82 años, quien agradece el almuerzo.
Historias de abandono, pobreza y soledad son las que llevaron a decenas de adultos mayores a asistir a un comedor de bien social.
Sin duda, el desempeño de los voluntarios convierte a los comedores en los pocos espacios solidarios dedicados a las personas que viven situaciones difíciles. En Cochabamba existen al menos cinco comedores algunos destinados a niños y adolescente y otros a la tercera edad. Ninguno recibe colaboración de la Gobernación ni de los municipios y viven de las donaciones.
“Olla de la madre”
El comedor de obra social “Olla de la madre” dispone de una infraestructura sobre la calle Jordán que es propiedad del arzobispado, en tanto la administración está en manos de la sociedad de San Vicente de Paul a través de la conferencia La Milagrosa integrada por 12 voluntarios.
“Lo fundamental aquí es la alimentación que reciben de manera gratuita y satisface la gran necesidad de muchos sin familia y, por otro lado, damos un apoyo espiritual”, señaló el administrador de “Olla de la madre”, Ángel Antezana. Los voluntarios tardan cuatro horas en cocinar. El funcionamiento por más de cinco años del comedor promovió un ambiente familiar entre los comensales.
“Yo no tenía dónde ir porque a los de la tercera edad no nos dan trabajo y por ello acudimos a los comedores, aquí nos volvimos una familia”, resaltó Jorge Montero de 68 años, mientras reía con sus compañeros de mesa.
Santa Ana
El Comedor infantil Santa Ana de Cala Cala funciona hace más de 30 años brindando almuerzo.
“Tenemos 150 inscritos de los que vienen 120, además, tenemos almuerzo para 20 niños del centro de quemados Mosoj Punchay”, informó la presidenta de los voluntarios, María Eugenia Rojas.
Recalcó que si bien el funcionamiento del comedor conlleva múltiples responsabilidades de los voluntarios, continúan su labor.
Algunos comensales tienen familias en riesgo, por lo que el comedor es de gran ayuda. “Para mí es muy importante ver qué es lo que pasa a los niños y estar pendientes de ellos”, comentó una de las voluntarias, Elide Bottega.
El centro que depende de la parroquia Santa Ana de Cala Cala recibe donaciones y debe realizar actividades para recaudar fondos.
En el mundo ayer se recordó el Día Internacional de la Solidaridad, que promueve la ayuda al prójimo desde diferentes áreas.
150 Niños fueron inscritos en el comedor infantil Santa Ana , cada día pagan sólo 50 centavos por almuerzo.