Museos sólo tienen extintores para casos de incendio, algunos vencidos
Varios museos en Cochabamba apenas tienen como medida de seguridad, en caso de incendio, extintores de seis, nueve y 12 kilos, y, para el manejo de éstos, cuentan con personal que fue capacitado por las empresas que los proveen.
En un recorrido realizado por el Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), el Museo y Convento de Santa Teresa, el teatro Achá, el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny y la casona Santiváñez, se pudo evidenciar que algunos de éstos cuentan con más de una docena de extintores, los cuales están acomodados visiblemente en los salones principales para que puedan ser usados en caso de ser necesario.
En el caso del teatro Achá, si bien cuenta con los extintores acomodados, no todos están en condiciones para ser usados en caso de ser necesario, porque hay algunos cuya fecha de vencimiento data de “septiembre de 2017”, lo cual pone en riesgo a los cuadros, las estatuas, los muebles tallados y también los restos óseos del capitán Gerónimo de Osorio, fundador de la Villa de Oropesa.
Este teatro está bajo la administración del departamento de Culturas del Gobierno Autónomo Municipal de Cercado (GAMC), y para hablar sobre el tema, se intentó llamar en reiteradas ocasiones al celular de la secretaria de Cultura de la Alcaldía, Roxana Neri, quien no respondió a las llamadas.
El museo arqueológico de la UMSS, que tiene cerca de 500 piezas en sus salones de exposición —las cuales se perderían en caso de un incendio—, también tiene limitaciones en cuanto a sus medidas de seguridad.
Si bien cuenta con los extintores, los mismos no están en un sitio visible, porque en los salones éstos están cubiertos en vitrinas metálicas, bajo llave, para evitar que sean accionados por algunos visitantes.
Marco Antonio Bustamante, cuidador del museo de la UMSS, comenta que en estos ambientes es complicado realizar las modificaciones debido a que necesitan la autorización del departamento de Cultura de la Alcaldía, porque el edificio donde se acondicionó el museo es considerado patrimonio, y este trámite demora demasiado y muchas veces es rechazado por las autoridades.
Otro centro que expone sus reliquias es el Museo y Convento de Santa Teresa, donde viven las hermanas de la orden Carmelitas Descalzas. Este lugar fue refaccionado recientemente, por lo que aprovecharon para mejorar su sistema eléctrico y de vigilancia.
Sin embargo, Cristian Gonzales, responsable y guía del convento, señaló que ya se hizo la solicitud para instalar sensores de humo en los salones del museo, para que se detecte rápidamente cualquier posible riesgo que iniciaría el incendio.
El Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny tampoco cuenta con las medidas suficientes como para contrarrestar un incendio. Su director, Ricardo Céspedes, indicó que esto se debe al poco presupuesto designado por el Gobierno central para este tipo de actividades.
Otro punto en contra para no adquirir mejores sistemas de prevención, señala Céspedes, es “el poco interés de la población para asistir a las exposiciones de los museos”, situación que hace que no se recaude lo suficiente.
Por otro lado, la casona Santiváñez tampoco cuenta con un sistema de detección de humo o incendio. En sus salones sólo tiene sensores de movimiento y cámaras de vigilancia.
Por su parte, la coordinadora de museos y casonas, Gloria Santiesteban, señaló que estos ambientes cuentan con todas las medidas de seguridad y alerta, “incluyendo los sensores de humo”, sin embargo, no pudo encontrarlos para mostrarlos.
Al margen de estos cinco museos, en Cercado existen otros más, como el Museo de Medicina Francisco Viedma, el Centro Pedagógico Cultural Simón I. Patiño, la casona Mayorazgo, el museo Martín Cárdenas y los salones de exposición Mario Unzueta, entre otros.
32 Cámaras de vigilancia. El Museo Convento Santa Teresa cuenta con la mayor cantidad de cámaras de vigilancia.
DATOS
Poco recurso económico para los museos. Los administradores de los museos cuentan que deben subsistir con el aporte que hacen los que ingresan a ver las reliquias, sin embargo, lamentan que haya poco interés de la población para visitar esos lugares.
Mantenimiento se debe hacer cada seis meses. Todos los museos visitados cuentan con sus respectivos extintores, sin embargo, no todos saben que el mantenimiento de los mismos se debe hacer cada seis meses o, en el peor de los casos, cada año. “Cuando no se hace el mantenimiento adecuado, corremos el riesgo de provocar un accidente sobre otro”, explicó el jefe del SAR-Bolivia, Bernardo Aranibar.
CÁMARAS AL VACÍO, UNA ALTERNATIVA DE PREVENCIÓN
El incendio que se registró el domingo en el Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro, alertó a varios responsables de los museos en Cochabamba, los cuales sólo cuentan en sus instalaciones con extintores, como medida de seguridad y prevención, en caso de un probable incendio por el bajo presupuesto con el que cuentan.
Sobre el tema, el jefe del SAR-Bolivia, Bernardo Aranibar, informó que una buena alternativa para evitar daños a las piezas invaluables de los museos sería la implementación de “cámaras al vacío”, que son espacios en los que una vez que cierren el recinto de la exposición, el salón quedaría sin oxígeno, uno de los componentes para la propagación del fuego en un incendio.
“Los extintores sólo sirven para apagar los conatos y no así los incendios. Considero que las piezas de los museos son invaluables”, resaltó.
PUNTOS DE VISTA
"El principal factor para no tener mejores condiciones es la poca inversión del Estado. No nos dejan hacer modificaciones a la estructura del edificio". Marco A. Bustamante. Curador del Museo Arqueológico UMSS
"Con lo que ha ocurrido en Brasil, gestionaremos sensores de humo para evitar algún incendio. Todo el sistema eléctrico es nuevo y eso nos da tranquilidad". Cristian Gonzales. Responsable del Museo.
de Santa Teresa
ANÁLISIS
Ricardo Céspedes Paz. Director del Museo de Historia Natural
“El museo y sus piezas son un patrimonio de todos”
Como institución museística, nos encontramos consternados por el pasaje triste que tuvo que vivir estos días la ciencia brasileña. Sabemos que el presupuesto era escaso, que la burocracia y la política se apoderaban de la economía del país, descuido, negligencia y así podríamos seguir con muchos otros argumentos que buscarían culpables, pero eso no devolverá el acervo perdido de la humanidad. Por esta razón, éste es un momento de reflexión para la sociedad de América Latina, ya que lo que ocurrió en Brasil podría haber ocurrido en cualquier país latinoamericano o en el nuestro, donde la cultura y el patrimonio es despreciado por aquellos que tienen el poder político de decisión.
El museo basa su estructura en tres pilares fundamentales: investigar, conservar y difundir. Preserva el conocimiento y las herramientas necesarias para salvaguardar el patrimonio natural y cultural de la región, promueve constantemente investigaciones en regiones alejadas, donde la riqueza paleontológica y biodiversa será enriquecida por el conocimiento y la difusión de las investigaciones hacia la sociedad. Obviamente, la administración de un museo sería óptima en cuanto sea legitimada por los actores (la sociedad) y cuente con apoyo del Estado, quien es el máximo decisor político que permite garantizar los recursos financieros necesarios.
Entendamos entonces que el patrimonio de los museos es de la humanidad, no sólo de los cochabambinos o bolivianos. Por esta razón, los mejores custodios de nuestro patrimonio son todos ustedes que disfrutan de los objetos en el museo. Esta sensación de pérdida que muchos de nosotros sentimos por el museo del Brasil debe reflexionarnos también en el hecho de que el patrimonio es único, no se puede comprar en una tienda o en un mercado, sino se lo recupera de la naturaleza o de la cultura.