Gomitas maceradas intoxican igual o más que las bebidas adulteradas
“Al ingresar a la fiesta nos dieron de beber una mezcla de gaseosa con jarabe para la tos, adentro habían gomitas y gelatinas maceradas como las uvas y varias botellas de tragos diferentes”, contó un menor que fue encontrado en la fiesta “semáforo”, el pasado domingo 2 de septiembre.
El mezclar bebidas alcohólicas con energizantes y benzodiacepinas es un riesgo inminente para la salud, en este caso de los jóvenes. En cuanto a los ositos de goma o la gelatina, su consumo puede causar una intoxicación debido a que la persona no puede controlar la cantidad de alcohol que está ingiriendo.
En operativos a fiestas, muchas de ellas clandestinas, la Policía y la Intendencia Municipal encontraron gran cantidad de bebidas alcohólicas adulteradas, energizantes, tónicos para la tos, marihuana, pastillas relajantes (benzodiacepinas). A esto se suman las gomitas o gelatinas con alcohol.
Las fiestas “privadas” (clandestinas) organizadas por grupos de personas a través de las redes sociales, en sus invitaciones internas, ofrecen este tipo de bebidas para atraer a los jóvenes. “Gomitas y gelatina con vodka es lo que consumen, al menos eso se vio en la fiesta semáforo del pasado fin de semana”, dijo el toxicólogo del hospital Viedma, Ramiro Cadima.
Explicó que la mezcla de estos elementos puede llevar a la muerte a los jóvenes que lo consumen, la pérdida de conciencia, shock hipovolémico (hemorragia) y un paro cardiorrespiratorio.
“Estas mezclas reprimen las funciones motoras del organismo, algunas combinaciones pueden causar desorientación, adormecimiento sobre todo cuando se mezcla el alcohol con psicotrópicos como diazepam”, explicó el profesional en toxicología.
Dijo que algunas mezclas producen un efecto de sobriedad por lo que los jóvenes continúan ingiriendo bebidas alcohólicas, “pero no toman en cuenta que el alcohol sigue en su organismo y la alta concentración de éste puede producir un paro cardiorrespiratorio y pancreatitis”.
El director departamental de la Unidad de Tecnología Policial Preventiva (Utteppi), Nelson Miranda, dijo que estas actividades económicas son ilegales, ya que su único objetivo es corromper a los menores haciendo que se envenene. “Se debe respetar la norma, realizar controles efectivos con operativos institucionales coordinados y analizar la razón por la que se origina este problema”, manifestó.
Los menores pierden la razón, dice el jefe policial porque “sube el nivel de adrenalina en el cuerpo. En los operativos encontramos moteles itinerantes, cuartos improvisados donde encontramos preservativos, entre otras cosas, esto muestra que los consumidores no tienen control de sus acciones”.
Costumbres foráneas
El jefe policial señaló que el comportamiento de los jóvenes muchas veces está guiado en costumbres de afuera, como su forma de vestir y los diálogos no verbales. Miranda explicó que estas características pertenecen a los “pandilleros” del extranjero.
“Los bolivianos adquirimos muchas de estas características, pero eso no significa que nuestros jóvenes sean pandilleros, ellos usan el lenguaje y la vestimenta pero no saben cuál es su significado”, dijo.
Los organizadores de las fiestas clandestinas contratan a “relacionadores” en las puertas de colegios, que convencen a los estudiantes más populares para promocionar la fiesta invitando a sus compañeros a través de grupos internos en las redes sociales.
MÁS DATOS
Hay menores extorsionadas
En las fiestas clandestinas organizadas y promocionadas por las redes sociales, se incita a los menores a consumir bebidas alcohólicas, para luego inducirlos a tener relaciones sexuales.
Según los datos de la Policía, los organizadores graban videos de los actos sexuales para extorsionar a las víctimas.
Declaraciones
"Los menores pierden la razón y sube el nivel de adrenalina en el cuerpo. Se deben respetar las normas, realizar controles con coordinaciones efectivas.
Nelson Miranda
Director de Uttepi
"Estas mezclas reprimen las funciones motoras del organismo en los jóvenes. Gaseosa con jarabe de tos es una mezcla casi letal.
Ramiro Cadima
Toxicólogo“
