El Cristo no recibió mantenimiento desde que fue inaugurado en 1994
Un grupo de especialistas, entre ellos uno de los arquitectos que trabajó en la construcción del Cristo de la Concordia, relacionan el deterioro del monumento del Cristo de la Concordia a la falta de mantenimiento preventivo, que no se realizó desde su inauguración en 1994.
Un diagnóstico reciente recomendó el cambio de material de los brazos de la estatua, al no ser “lo suficientemente sólido”, dijo el lunes el presidente de la Asociación El Cristo, Joaquín Herbas.
Los defectos fueron señalados como las consecuencias directas de no realizar un mantenimiento periódico. “No se le ha dado la suficiente atención a la estatua del Cristo. Las veces que la visité, la vi con mucho deterioro y su interior se mantiene cerrado cuando debería funcionar como un mirador”, dijo el expresidente del Colegio de Arquitectos de Cochabamba (CAC), Rafael Sainz.
Acotó que urge una intervención integral del monumento para asegurar la estabilidad de la estructura y no sólo pintarla.
Al respecto, el director de la obra del Cristo, Mario Moscoso, señaló que el material usado en la construcción de la obra asegura su estabilidad. Sin embargo, recomendó el mantenimiento preventivo y correctivo para evitar desajustes en el interior de la estatua.
“El recubrimiento de los brazos fue con ferrocemento, cubriendo la estructura metálica, mientras que las manos se las hicieron prefabricadas, todo esto con nuestra preocupación de que la estructura metálica sea lo suficientemente resistente; claro que se recomendó un mantenimiento cada cinco años para evitar corrosión u oxidación”, explicó Moscoso.
Añadió que los costos para un mantenimiento preventivo suelen ser bajos, pero necesarios. Anteriormente, la comisión a cargo de la construcción del Cristo acordó que los gastos de cuidado podían cubrirse con los peajes pagados por el ingreso a la zona donde se ubica la figura. Sin embargo, los recursos recaudados no son insuficientes para cubrir trabajos preventivos.
“La estatua del Cristo es un elemento de muy fácil deterioro por estar expuesta a los vientos, que tienen gases por la contaminación y que, por más que sea de hormigón, necesita un plan de mantenimiento”, comentó ayer el representante de la Asociación de Ingenieros Emérito (Aiseme), Gonzalo Maldonado.
OPINIONES
"Todo lo hemos trabajado con nuestra preocupación de que la estructura metálica sea lo suficientemente resistente para evitar corrosión y oxidación. Ahora, toda estructura debe tener su tiempo de mantenimiento". Mario Moscoso. Arquitecto director de obra de la estatua del Cristo
"Hay que ver lo que está pasando y por ello es importante hacer un diagnóstico y un mantenimiento ya. Por más que no se halle un riesgo evidente, debería haber alguna instancia que designe recursos en este trabajo de preservación del monumento". Gonzalo Maldonado. Representante Aiseme
OPINIÓN
Rafael Sainz. Arquitecto
“El mantenimiento es una inversión, no un gasto”
Un mantenimiento preventivo de cualquier estatua debería realizarse cada año, y si se encuentra algún daño, se lo puede corregir en ese proceso. Esto es importante porque se evitan posibles daños más graves, antes que haya mayores consecuencias sobre la estructura.
Pero, lamentablemente, en nuestro medio los recursos designados para el mantenimiento son tomados como un gasto en lugar de una inversión.
Por ejemplo, en el caso del Cristo de la Concordia, que está en la serranía de San Pedro, cada año debería haber un presupuesto asignado exclusivamente para su mantenimiento, ya que es una inversión que favorece al campo turístico de la ciudad y del departamento de Cochabamba.
Bajo este pensamiento, no se puede esperar a que todo esté mal, sino arreglar las defectos en su momento y que éstos no vayan avanzando.
Para ello, debe haber personal permanente en el monumento del Cristo de la Concordia. El mismo debe ir haciendo una limpieza todo el tiempo y ver si hay algo para alertar, para que se haga el mantenimiento o reponer aquello que falte.
Pero no existe esa educación de prevención ni planificación, normalmente se esperan las peores consecuencias para recién pensar en un mantenimiento de un monumento de estas características, como este ícono de la ciudad.