Desborde de dos ríos daña casas y se lleva cosechas en el valle alto
Viviendas anegadas con el agua, prendas de vestir mojadas, animales muertos y desaparecidos, sembradíos cubiertos por el lodo y cientos de productos agrícolas inservibles fueron el resultado del desborde de los ríos Paracaya, en Punata, y Pocoata, en Arani, como consecuencia de las lluvias.
En Punata, el desborde del río Paracaya inundó al menos 10 viviendas en Chaupisuyo, una comunidad que está al frente del templo Santa Lucía, en la carretera Punata-Arani.
“El agua se llevó todas mis cosas. Mi azúcar, mi arroz, mis conejos y mis gallinas. Estábamos durmiendo y hemos escuchando entrar el agua, ese rato hemos llevado nuestras cosas al lado donde nuestro vecino, todas nuestras cosas están mojadas”, lamentó Epifanía Ricaldiz, una afectada.
Severo Camacho contó que tuvo que correr hasta el canal de riegos, en Paracaya, para abrir la compuerta para dar paso al agua que estaba desbordándose hacia sus casas y cultivos.
“Escuché entrar el agua y me fui corriendo al canal. Pensé ‘la compuerta debe estar cerrada’ y directo fui hasta ahí, y cuando volví saqué mi refrigerador y mis demás cosas. Ahora tengo miedo que con el tiempo se dañe mi casa porque es de adobe”, declaró.
Otro daño que sufrieron los comunarios de Chaupisuyo fue la perdida de algunos animales como conejos y gallinas.
En Arani, en la comunidad de Pocoata, las precipitaciones acabaron con centenares de cultivos de durazno, cebolla, papa, haba y maíz que comenzaban a brotar. Además, de destruir un criadero de peces que estaba construido cerca del río Pocoata.
“Ayer (por el domingo) cerca de las cinco de la tarde creció el río y afectó a diferentes cultivos. Ahora nosotros pediremos ayuda a la Gobernación porque estamos a fin de año y ya no tenemos recursos para encarar este desastre. Queremos canalizar el río para evitar problemas posteriores”, señaló Eloy Vásquez, director de Desarrollo Productivo del municipio de Arani.
En este caso, Vásquez señala que, en la zona, los agricultores no respetaron la franja de seguridad en el río Pocoata, que está entre 15 y 20 metros del límite. Por esta razón, el lugar se convirtió en una zona vulnerable al desborde.
Las pérdidas aún no fueron evaluadas, sin embargo, los comunarios señalaron que por parcela invierten entre 1.000 y 1.500 bolivianos en semilla, abono y el trabajo que se emplea para productos como papa, cebolla, maíz y haba; mientras que para los árboles de durazno la inversión es distinta.
La riada dejó afectadas a tres zonas de Pocoata, pero las autoridades aún no cuantificaron los daños, informó el jefe de la Unidad de Riesgos de la Gobernación, Óscar Soriano.
Valle bajo
La comunidad de Esquilán, en Colcapirhua, también sufrió el desborde de un canal de riego, que fue tapado con los restos de árboles, posiblemente por la poda que hizo la empresa que ejecuta el proyecto del Tren Metropolitano, informó Adalberto Chávez, uno de los afectados. Los trabajadores negaron que ése sea el motivo.
Ciudad
La persistente lluvia y la falta de manejo provocaron la caída de varios árboles de molle y paraíso. Los más graves ocurrieron en Sarco, donde un molle se desmoronó sobre el muro de una vivienda. En tanto, en la av. América, un paraíso cayó sobre un automóvil.
Dos riadas en el valle alto. El desborde de dos rios dejó a varias familia afectadas, unas perdieron sus artículos y otras se quedaron sin parte de su cosecha.