El pasaje del Diablo o San Rafael sorprende con cambios y murales
“Me alegra. Ya no es calle del Diablo, es pasaje San Rafael”, afirmó con satisfacción Carlos Ledezma Ocampo, vecino de este lugar desde hace 60 años, al hablar de la transformación de este espacio, cuya historia desde la Colonia ha estado marcada por apariciones de fantasmas y demonios.
Carlos Ledezma (72) ha vivido desde niño en este pasaje. Se acuerda que sus padres llegaron de La Paz y se compraron la casa de ocasión. Al entrar el lugar, tenían las puertas marcadas con cruces.
Con el tiempo, se enteró de que ahí se había quitado la vida una beata y que las todas las casas tenían una energía “pesada”, porque en el pasado el callejón fue un sitio de chicherías, casas de tolerancia, ruta de arrieros y de apariciones inexplicables.
Ahora, seis décadas después, Carlos Ledezma está alegre porque junto a sus vecinos, la comuna Adela Zamudio, la Secretaría de Cultura, el grupo Kuska, el mARTadero y la OTB Santa María y Anexos, ubicada en el distrito 10 del centro, ha logrado cambiar este lugar y que se lo conozca como pasaje San Rafael.
De hecho, al pasar por este sitio es posible alejarse del ruido de la ciudad, además, caminar por una calle en la que el asfalto no quema, porque está cubierto de adoquines de cerámica o Pavic para alto tráfico vehicular y peatonal, que armonizan con la estética y el medio ambiente.
También sobresalen los maceteros colgantes en las fachadas de las casas, muchas antiguas que conservan los balcones hacia la calle. Gran parte tiene helechos, suculentas y eterna primavera. En varias casas, además, hay avisos hechos con colores para que la gente no eche la basura a la calle.
Al pasar también se pueden apreciar los murales de las mujeres más influyentes de la cultura latinoamericana, que armó el grupo Kuska con pedazos de cerámica reciclada. Son 35 personalidades, entre ellas Frida Kahlo, Yolanda Bedregal, Adela Zamudio, Mercedes Sosa, Enriqueta Ulloa y Gladys Moreno.
El plan de recuperación de este pasaje dejó atrás la imagen deteriorada y el empedrado en mal estado. Hoy es un sitio apacible para los peatones, que necesitan cortar camino desde la Lanza hasta la av. San Martín y Colombia.
El origen
Carlos Ledezma es conocido como quien impulsó las mejoras y contagió de ese deseo a sus vecinos. Contó que, el año pasado, luego de una operación que no estaba resultando bien le dio el ánimo de seguir mejorando el pasaje.
Recordó: “Dije: No puede ser que esté así, me dio una opresión de verlo así como estaba antes. Y hemos empezado a mejorar por medio de la Alcaldía. Lo principal fue el agua potable, el piso y las farolas, que iluminan mejor”.
Siguió: “Con eso pensé que ya había cumplido, sin embargo, apareció esta organización Kuska y tenía el plan de colocar mosaicos con retazos de cerámica con las figuras de las mujeres famosas de Latinoamérica. Me pareció una excelente idea, inmediatamente, les dijimos: Qué bueno”.
El siguiente paso es continuar mejorando toda la zona —unas 20 cuadras— con maceteros que le otorguen a este sector del centro de la ciudad una imagen distinta y acogedora.
Cambia de nombre
Se estima que a mediados de 1970 las religiosas del convento de las capuchinas y los vecinos acordaron cambiarle el nombre al pasaje del Diablo y luego de un trámite en el municipio se lo bautizó como “pasaje San Rafael”.
Por este motivo se realiza la festividad del arcángel San Rafael, cada 24 de octubre, que consiste en hacer una misa, una procesión y la bendición de las casas. Los propios vecinos rotan para ser pasantes de la celebración.
Según una investigación de los vecinos, el cambio de nombre se hizo “al ver que tantas cosas raras pasaban en el K’ullku, las familias decidieron ir al convento de las capuchinas para pedir que el arcángel San Rafael pudiera entrar por el pasaje en solemne procesión”.
“Desde entonces este callejón lleva el nombre de pasaje San Rafael y con esto terminaron dichos acontecimientos extraños y la gente del vecindario recobró la confianza de pasear por este bonito callejón”, según un documento elaborado por los vecinos con los recuerdos de cada familia. (Puedes ver más en www.lostiempos.com).
El tiempo y su modificación. El espacio ha tenido varias modificaciones a lo largo del tiempo, pero mantiene sus leyendas.
ES DECLARADO UN ESPACIO PATRIMONIAL
Los vecinos destacan el aporte de los funcionarios del municipio en la recuperación del pasaje. En 2014, los arquitectos del Departamento de Patrimonio, Gustavo Siles y Verónica Murillo, lograron que el Concejo Municipal declare al pasaje “Espacio patrimonial y cultural de Cochabamba”, según Resolución 6766/2014. En tanto, en 2015, la subalcaldesa Roxana Neri, junto a los arquitectos Mario Cáceres, Néstor Gutiérrez y la directiva de la OTB Santa María y Anexos, hizo la renovación de la red de agua potable y alcantarillado sanitario.
DATOS
Piso con adoquines de cerámica roja. El empedrado del pasaje se reemplazó por adoquines de cerámica de alto tráfico que ayudan a mejorar la estética y permiten la infiltración del agua en tiempo de lluvia.
Mejoraron la plazuela Rosendo Peña. Las mejoras del pasaje se extendieron a la plazuela Rosendo Peña, ubicada en la esquina de Lanza y Ecuador. Según la tradición, en este lugar existía una fuente de agua que servía como punto de encuentro para que los arrieros dejen a sus caballos.
Mural de mujeres ganó el premio Abaroa. Los murales de las 35 mujeres notables de la cultura de América Latina fueron premiados en el concurso de Eduardo Abaroa como un “Mar de mujeres”.
Iluminación y juegos de antaño. También se instalaron farolas antiguas en lugar de los focos del alumbrado público. Como trabajos adicionales se colocaron los mapas de Sudamérica, Centro América y recuadros para jugar coscoja o rayuela, un juego de antaño, sobre el piso de cerámica roja.
OPINIONES
"Todo empezó con el cambio del alcantarillado y el agua. Entonces, hablamos con la OTB y con empresas. Al final terminamos. Luego, con la comuna Adela Zamudio se tramitó el colocado del Pavic y las farolas". Carlos Ocampo. Vecino pasaje San Rafael
"Tengo la suerte de volver a este boulevard. Yo estudiaba en ese kínder. Después de 32 años, vuelvo a revivir mi infancia y ahora con mi familia. Está muy pintoresco, felicito la iniciativa". Andrés Caballero. Turista
HISTORIA DE LA “SUPAY CALLE” Y LAS CHICHERÍAS
El pasaje, ruta antigua de los arrieros que transportaban sus productos de Sacaba al valle alto, ha sufrido varias modificaciones.
Según los relatos recuperados por Carlos Ledezma, en el pasaje del Diablo o Supay Calle había locales de descanso para los campesinos y locales de tolerancia, que provocan que el lugar sea intransitable para otros vecinos.
“Como era un pasaje oscuro, se fueron tejiendo historias de aparecidos, que posiblemente eran personas mareadas que se ocultaban en las puertas”, dijo.
Los primeros pobladores contaban historias de fantasmas, duendes e incluso que el diablo se aparecía en una carroza. También que veían al diablo sentado en una piedra y que una beata se ahorcó en un higuero, en la casa donde actualmente vive la familia Ledezma.
LOS FANTASMAS Y EL ORIGEN DEL SILPANCHO, DOS LEYENDAS URBANAS QUE PERSISTEN
REDACCIÓN CENTRAL
“Sorprendente”. Ésa es la palabra que mejor define la transformación que ha tenido el pasaje San Rafael, que en el pasado estaba considerado como un portal entre la tierra y el infierno por las historias de demonios, el diablo y fantasmas. Una de las leyendas más difundidas, recuperada por Carlos Ledezma en base al testimonio de Gabriela, es la del “Correvolador”.
También está la carreta del jinete vestido de negro con pies de cabra y cuerpo de humano. Otra historia es la de la mula (un animal) que aparecía en las madrugadas en lo que hoy es la de la calle de las Capuchinas, en la Ecuador casi San Martín, y se iba corriendo hasta el templo de Santa Teresa en la calle España, allí se introducía a través de un muro y desaparecía.
Sin embargo, ahora, gracias al esfuerzo de sus vecinos, es un sitio tranquilo, pero no deja ser afectado por el vandalismo por la noches.
El silpancho
Por el testimonio de los vecinos, se cree que el tradicional silpancho también se creó en ese lugar y que se llama bistec. Entre los que lo preparaba estaba María del Carmen Zapata, que tenía su puesto en la esquina de lo hoy es la calle Lanza. El restaurante aún funciona y es atendido por sus descendientes. Como ahora, se trataba de un platillo abundante con carne.
Por otro lado, la familia Ledezma guarda una bandera del Wilstermann inspirada en el pasaje.