El cine boliviano ya tiene una sala en Cochabamba
Después de mucho tiempo tratando de conseguir un espacio adecuado, el cineasta Tonchy Antezana inaugura la sala de cine Luisana, donde se exhibirán única y exclusivamente producciones bolivianas.
“Gracias al directorio del ilustre Colegio de Abogados de Cochabamba, que son propietarios de este espacio, hemos podido llegar a un acuerdo y nos están cediendo la sala para poder exhibir películas nacionales y esperemos que sea continuamente, que no se pierda en la inauguración y la clausura. La idea es tener un espacio alternativo al cine comercial”, dice Tonchy.
Las proyecciones, que serán de lunes a sábado en una sola función, comienzan hoy a las 19:00 con “Boquerón”, el último film de Prodecine, estrenado el año pasado, y que quienes no lo vieron ahora lo podrán hacer hasta el 31 de marzo.
“Después pensamos traer películas de Santa Cruz, de La Paz, de nuevos y antiguos realizadores, reponer un ciclo de Antonio Eguino o de Paolo Agazzi, y reponer documentales”, cuenta el cineasta y agrega que ya se ha contactado con varios realizadores, como Julia Vargas, para presentar “Carga Sellada”, por ejemplo, ya que mucha gente también se quedó sin verla.
“Me han escrito de La Paz, hay un muchacho (Miguel Ángel) Huarina que ha hecho una película sobre Navidad y quiere que la exhibamos”. Antezana también se ha contactado con realizadores jóvenes para que sus cortos sean presentados antes de cada película.
Para abril tiene planificado traer “La Herencia”, una película de terror para jóvenes hecha en Santa Cruz “y que ha tenido una enorme aceptación. Ha tenido más de 20 mil espectadores sólo en dos ciudades y eso es mucho para La Paz y Santa Cruz”, asegura.
Capacidad y precios
La sala de cine Luisana tiene capacidad para 120 personas y el precio de las entradas será de 20 bolivianos, exento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) gracias a la Ley 2204 “que beneficia a todos los artistas nacionales, cantantes, músicos, teatreros y espectáculos de danza que se presenten en espacios públicos y privados, pero que tengan el auspicio del Ministerio de Culturas o del Municipio. En estas condiciones pueden acceder a este tratamiento de no pagar impuestos”, explica Antezana.
También tendrá los miércoles la promoción de dos entradas por el precio de una.
TODO DEPENDE DEL PÚBLICO
“Cochabamba ha crecido, tiene casi 800 mil habitantes y está con menos espacios culturales, tanto así que no tiene un lugar donde exhibir películas nacionales, lo que no ocurre en La Paz que tiene la Cinemateca y en Santa Cruz que tiene varios lugares, pero aquí, lamentablemente, no había un espacio como el que pretendemos ahora poner a disposición de la colectividad”, dice Tonchy Antezana.
Es válido resaltar la visión del Colegio de Abogados de Cochabamba que –con el fin de favorecer la producción boliviana–, ha cedido prácticamente gratis este espacio, donde originalmente y hace un par de décadas funcionó el Cine Bustillo. Sin embargo, la sala de cine Luisana tendrá que cubrir el mantenimiento, limpieza y la energía eléctrica del lugar.
“Esperemos que esto funcione, todo depende del apoyo que pueda dar el público. En realidad, el momento que ya no podamos sostener esto económicamente vamos a tener que cerrar, pero yo tengo la esperanza de que esto funcione”, confiesa Tonchy Antezana.
Sin embargo, y con el propósito de que esta sala de cine pensada en las producciones bolivianas sea sostenible, el cineasta tiene planeado llegar a acuerdos con los colegios y hacer proyecciones específicas con precios especiales.