Apoyo a Luis Bredow
No solamente apoyo sino saludo la valentía del actor y gestor cultural Luis Bredow por rechazar un premio, que siempre es un reconocimiento oficial, además de su aditamento económico, para defender la urgencia de políticas culturales y poner el énfasis de lo colectivo por encima de lo individual.
El Premio (los premios) Eduardo Abaroa, fue seguramente un intento entusiasta, pero desde el principio tuvo muchas grietas, desde el nombre patriotero y la evocación de un ícono que no es representativo de la estética sino de la guerra.
Recordemos que para financiar los primeros reconocimientos se utilizaron recursos del Fondo Indígena, que así bautizó el mal uso de aquella iniciativa que se creó para ayudar proyectos productivos de comunidades rurales. El Decreto Supremo Nº 0859 es aberrante porque relaciona la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, la “educación patriótica”, el “fervor patrio” con la creación del Premio como “inventivo al desarrollo de actividades destinadas a la reivindicación marítima para ser otorgado anualmente el 23 de marzo”.
“Art. 7 II. El Ministerio de Culturas, previa coordinación con los Ministerios de Defensa (sic) y de Comunicación aprobará mediante Resolución Ministerial, el Reglamento Específico del Premio “Eduardo Abaroa”. El Art. 9 señala que el “Fondo de Fomento a la Educación Patriótica” será financiado, entre otros, con recursos provenientes del “Fondo de Desarrollo de Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas”. Firman los ministros que aceptaron estos desvíos, igual que en otros casos que publica Manuel Morales en el libro “Fondo Indígena, la Gran Estafa”, aspecto todavía no investigado.
Fue el inicio, barnizado de cultura y de incentivo, del manejo irresponsable de los fondos previstos desde 2005 para el área rural y que el Gobierno autoidentificado como indígena, tardó un lustro en utilizar… y la opinión pública sabe cómo.
La primera lista de distinguidos evidenció la improvisación donde se hacía una juntucha de escritores, artistas, misses y otros, valiosas personas pero ajenas al mar y a la retórica que creó ese galardón.
El ministro Marko Machicado, como persona, muestra en diferentes actividades su interés por la cultura, por sus expresiones y autores. Sin embargo, tal como marca Luis Bredow los voluntarismos no son suficientes.
El Gobierno del Movimiento Al Socialismo carece de una política cultural en general y en particular en las expresiones narrativas, audiovisuales, artes plásticas, artes escénicas.
Recordemos, como ya lo lamentamos en su momento, los derroches destinados al matrimonio aimara colectivo, los procesos contra opositores acusados de “racismo” y lo más trágico, el recorrido del Dakar que hasta ahora no logra mostrar qué tiene que ver con el Estado Plurinacional y la revolución cultural comunitaria.
También ya publiqué mi opinión personal sobre el estropicio en el principal fondo de apoyo a la cultura, el del Banco Central, cuya politización marcó desde hace una década un derrumbe incontenible. Los últimos escándalos en repositorios, como también los últimos nombramientos a personas improvisadas, la intromisión poco disimulada de la Vicepresidencia en todo ello, son los datos que reflejan esa ausencia de política cultural nacional.
Por eso, la carta de Bredow es un letrero con un ALTO que obliga a reflexionar y ojalá sirva para reencauzar tanto desperdicio
“La primera lista de distinguidos evidenció la improvisación donde se hacía una juntucha de escritores, artistas, misses y otros, valiosas personas pero ajenas al mar y a la retórica que creó ese galardón.”
“El Decreto Supremo Nº 0859 es aberrante porque relaciona la Dirección Estratégica de Reivin-dicación Marítima, la ‘educación patriótica’, el ‘fervor patrio’ con la creación del Premio como ‘inventivo al desarrollo de actividades destinadas a la reivindicación marítima para ser otorgado anualmente el 23 de marzo’.”
(*) La autora es periodista.