Julio Martínez, microescultor
Julio Martínez O’Connor (Tarija, 1948) ahora está ocupado preparando un micromuseo de 30 microesculturas para la Secretaría de Culturas de la Alcaldía de Cochabamba y esta semana que acaba de terminar, visitó Aiquile para sellar algunos acuerdos con el nuevo Alcalde para reproducir varios modelos de charango.
La secretaria de Culturas, Ninoska Lazarte, le encargó símbolos y emblemas como el Escudo Nacional, las flores de Kantuta y Patujú; centros y espacios culturales (Casa de la Cultura, Casona Mayorazgo, el Parque Vial); personajes típicos como la cholita cochabambina con su llajtamasi, un caporal de San Simón; instrumentos musicales (mandolina, concertina, zampoña, tarka); vendedoras de comida, fruta, pan y verdura; platos típicos (silpancho, lechón, charque, mote de haba con quesillo); máscaras de moreno, toba, pepino y kusillo.
Estas esculturas medirán entre 4 y 7 milímetros de largo por las mismas dimensiones a lo ancho; estarán montadas sobre la cabeza de un alfiler y contenidas en una especie de tubos de ensayo sellados por una lupa especial que permite apreciar las milimétricas obras.
Según explica Julio Martínez, estas microesculturas se elaboran en base a una pastina hecha de pigmento de óleo con tiza tamizada. “Eso en cuanto al tallado de la escultura en sí sobre la masa que tengo preparada sobre la cabeza de alfiler. Y en cuanto al color, yo utilizo un pelo de un pincel de marta (...) El trabajito que me doy es el siguiente: generalmente un pincel de marta tiene unos mil pelos y me lleva un día escoger uno. Eso significa que ese único pelo no tiene que ser muy duro para que no me rasgue la figura, y, dos, no tiene que ser muy suave para que no se pegue con la pintura. O sea, hay que hacer un malabarismo interesante”, detalla el artista.
Granos de arroz
Julio Martínez vive en Cochabamba hace 40 años y está dedicado a la microescultura hace poco menos de dos décadas. Muchos de sus trabajos están repartidos en varios museos de Bolivia, como el de Instrumentos Musicales de Bolivia que el maestro Ernesto Cavour tiene en la ciudad de La Paz. “He hecho una serie de piezas musicales para Cavour: charango, violín, piano (...)”, detalla.
Julio Martínez se sintió atraído por la microescultura cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de La Paz y vio una película sobre los trabajos que hacen los chinos en granos de arroz. “Entonces, yo dije: ¿por qué no puedo hacer ese trabajo? Bastantes años atrás intenté hacer pintura al óleo sobre cabecitas de alfileres. La primera vez que logré aparentemente fue un éxito, entonces reinicié ya con microesculturas en tercera dimensión y lógicamente que actualmente hago este tipo de trabajos”.
Julio Martínez tiene su taller en su casa porque su mesa de tallado mide 15 por 15 centímetros, “ni medio oficio”, dice. Para lograr reproducir los modelos a escala emplea hasta dos lupas y la vista, gracias a Dios –como él dice– le sigue bien. “Pero, fuera de la vista un factor importante es la paciencia”. Cada pieza que elabora le toma casi una semana. “Antes me tomaba 15 días, pero tú sabes que la práctica hace que las cosas mejoren”.
Para el Bicentenario de Cochabamba, el 2010, elaboró 20 piezas que son parte de la colección que la Alcaldía exhibe en la Casona Santiáañez, entre ellas están el Cristo de la Concordia, las ruinas de Incallajta, el teleférico y la cúpula de la Catedral de Cochabamba.
En esta época del Bicentenario hizo también trabajos para varias instituciones y empresas destacadas del departamento, entre ellas la Universidad Privada del Valle y Elfec.
Hace poco realizó un charango de 4 por 4 milímetros para el maestro constructor y lutier Juan Achá y también elaboró pedidos especiales que se han ido a Francia e Italia. “En el caso de los charanguitos me ha cooperado un joyero muy especial que me ha hecho las cuerditas de oro que son sumamente delicadas; creo que de 10 le salen una o dos porque se rompen. Para nuestro medio empleo alambre de equipos técnicos muy sofisticados”.
Entre sus microesculturas “más grandes” está el monumento a las Heroínas de la Coronilla que mide ocho milímetros y la “más pequeña” es un Cristo de la Concordia sobre tres milímetros.
Microcaricaturas
Durante los años 70 y 80 del siglo pasado, Julio Martínez estaba enteramente dedicado a la caricatura, que publicaba en el periódico paceño El Diario, y también al dibujo publicitario.
Con esa experiencia ha hecho retratos microescultóricos del profesor Jaime Escalante, de los libertadores Simón Bolívar y José Antonio de Sucre; del general Burdett O’Connor y del papa Juan Pablo II.
“Ahora estoy haciendo incursión en las microcaricaturas de personajes importantes del mundo, entre ellos Obama, Sadam Husein, Osama Bin Laden”, cuenta.
“Estoy estudiando otros personajes y estoy preparando las siete maravillas del mundo. A ver cómo me va”, sentencia.