Unesco insiste en cultura como factor de desarrollo
La Unesco reunirá del 12 al 13 de enero a expertos, organizaciones internacionales e instituciones académicas de todo el mundo, para desarrollar una hoja de ruta de cara a la implementación efectiva de la Agenda 2030.
“La Cultura tiene el poder de hacer las ciudades más prósperas, seguras y sostenibles”, señala el informe mundial de la Unesco sobre la Cultura para el Desarrollo Urbano Sostenible “Cultura: Futuro Urbano”, lanzado en octubre de 2016 en Quito (Ecuador) y que es resultado de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Sostenible Hábitat III.
El informe recomienda que la cultura sea un recurso sostenible para el desarrollo económico y social inclusivo de las ciudades. Ello porque el proceso de urbanización está aumentando rápidamente en todo el orbe y para el año 2030 se espera que el mundo tenga 41 megaciudades, siendo cada una de ellas el hogar de más de 10 millones de personas.
“En las ciudades, grandes y pequeñas, la creciente migración significa aumentar la diversidad cultural, que debe aprovecharse como una fuente sostenible de creatividad, innovación y desarrollo inclusivo. Como centros de intercambio cultural y de patrimonio construido, las ciudades reivindican espacios públicos como medio de promover el debate, la expresión creativa y la interacción social”.
Según Francesco Bandarin, subdirector General de Cultura de la Unesco, esto requiere una formulación de políticas innovadoras e integradas, teniendo a la cultura en el centro de la planificación y la regeneración urbanas, a fin de garantizar la sostenibilidad y mejorar la calidad de vida.
El citado informe es un punto de referencia, con más de 100 estudios de casos que detallan cómo “las políticas de desarrollo en consonancia con las Convenciones de la Unesco sobre la protección y la promoción del patrimonio cultural tangible e intangible, la diversidad de las expresiones culturales y las industrias culturales”, pueden ayudar a redireccionar la vida de las ciudades transformando el desempleo, la desigualdad social, la discriminación y la violencia.
LAS CIUDADES MODELO
Según la Unesco, las ciudades en situaciones de conflicto y posconflicto pueden hacer uso de modelos como los empleados en Samarra (Iraq) o Timbuktu (Malí), donde los esfuerzos de reconstrucción y rehabilitación “han demostrado la capacidad de la cultura para restablecer la cohesión social entre las comunidades y mejorar los medios de subsistencia”.
La Unesco también pone de ejemplo el papel de las industrias creativas (industrias culturales) en el fomento del crecimiento económico a largo plazo, como lo sucedido en Shanghai (China), denominada por la Unesco como Ciudad de Diseño Creativa desde 2010. También destaca los desafíos de gestión turística que se desarrollan en ciudades como Río de Janeiro (Brasil), inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial o el uso de paisajes urbanos históricos en la planificación y regeneración urbanas como el caso de Rawalpindi (Pakistán). Todos estos casos “proporcionando modelos concretos para alcaldes, políticos y estrategas urbanos”.