Una Bolivia de “esencia” en Venecia
La apertura oficial de la 57 Bienal de Venecia, que se desarrolló el pasado 13 de mayo, reúne entre su exposición central “Viva Arte Viva”, un total de 50 artistas de 12 países iberoamericanos con los proyectos curados en los pabellones nacionales de España, Portugal, Chile, México, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Cuba, Guatemala, Venezuela y Bolivia.
José Bedoya, con el apoyo de todo el equipo del Museo Nacional de Arte y el aval de la Fundación Cultural del Banco Central, aceptó la tarea de llevar a efecto la participación de Bolivia con el apoyo de Juan Fabbri como curador del MNA y Gabriele Romeo, historiador y crítico de arte italiano.
Bolivia estrena el espacio destinado con una instalación que el equipo de artistas denominó “Esencia” y que en términos generales “está concebida como el punto de partida de una búsqueda del origen, de aquello distante y a la vez íntimo, de ese elemento esencial que nos hace humanos. Esta búsqueda desde la periferia latinoamericana, particularmente desde Bolivia, propone cuestionar y dialogar con los centros artísticos acerca de las construcciones y apropiaciones de lo occidental en la cotidianidad boliviana”, indicó Bedoya.
El concepto general de la 57 Bienal de Venecia, planteado por la curadora general Christine Macel, señala que “Viva Arte Viva” es una exclamación, un grito apasionado por el arte y la posición del artista. Macel describe la exhibición de 2017 como una puesta inspirada por el humanismo. En esta conceptualización humanista, el acto artístico sería un acto de resistencia contemporáneo, de liberación y de generosidad. Dentro de este gran paraguas, Bedoya diseñó el concepto de Esencia como el eje teórico que guía la muestra plástica boliviana.
Desde 1990, la presencia de artistas bolivianos se hizo notar. Ángeles Fabbri, Inés Córdova, Gil Imaná, Fernando Montes, Raúl Lara, Hortensia Montenegro, Chrystal Ostermann, Ricardo Pérez Alcalá, Gastón Ugalde, Guiomar Mesa, Joaquín Sánchez, Narda Alvarado, Sonia Falcone, José Laura Yapita y María Galindo; son algunos de los artistas que ya participaron de la Bienal en anteriores oportunidades; sin embargo, es la primera vez que el país cuenta con un Comisario ante la Bienal designado por el Estado boliviano y es la primera vez que Bolivia cuenta con un pabellón propio para exponer las obras; el equipo creativo a cargo de la instalación está conformado por los artistas Sol Mateo, José Ballivián y el artista griego Jannis Markopoulos.
En esta 57 versión, entre los artistas que representan a Bolivia está Sol Mateo, que plantea una mirada cuestionadora y crítica sobre el imperialismo contemporáneo y reflexiona sobre la esencia colonial. Es así que busca deconstruir los hilos del poder en la actualidad. Sol Mateo busca interrogar en Venecia a la Cultura Occidental y sus seducciones imperiales.
Por otra parte, se cuenta con el invitado Jannis Markopoulos, quien propone una reflexión filosófica. Plantea que la esencia de la vida puede estar relacionada con las semillas, con lo que potencialmente puede llegar a ser e invita a pensar la esencia como un concepto profundamente humano que es capaz de derribar cualquier límite cultural.
También contará con la presencia de José Ballivián, quien, usando dos toros como referente de la danza andina del Waka Waka, propone reflexionar sobre los encuentros y desencuentros culturales. Su utopía resalta la imposibilidad de una construcción de una sociedad verdaderamente intercultural en la Bolivia poscolonial.
El grupo representativo de Bolivia forma parte de los 17 artistas de ocho países iberoamericanos presentes en dicha muestra y comparten escena con veteranos ya consagrados como la argentina Liliana Porter, la cubana Zilia Sánchez y el español Antoni Miralda; pasando por otros más jóvenes pero ya establecidos y considerados grandes figuras internacionales como el mexicano Gabriel Orozco, el brasileño Ernesto Neto o la portuguesa Leonor Antunes, y, por supuesto, aquellos otros más emergentes como la mexicana Cynthia Gutiérrez o el guatemalteco Naufus Ramírez-Figueroa, entre otros, informa la página oficial de la Bienal.
En noviembre de 2016, el Ministerio de Culturas y Turismo de Bolivia, encabezado en ese entonces por Marko Machicao, designó a José Bedoya Sáenz, director del Museo Nacional de Arte, como comisario en representación de Bolivia ante la Bienal de Venecia.
José Ballivián comentó sobre su participación en el grupo que se armó para participar en la Bienal. “La curaduría y la organización boliviana me contacta dándome la noticia de que fui seleccionado para participar en la bienal, y de ahí en adelante nos pusimos a trabajar, entre artistas y curadores, el concepto curatorial del comisario José Bedoya, que es ‘Esencia’”, indicó.
El pabellón presenta tres obras articuladas en una instalación, la de Sol Mateo con “Genetic Mutation of Colonialism”; la de Jannis Markopoulos, quien juega un papel muy importante en toda la logística de “Esencia”, él propone esculturas-instalaciones; “en mi caso propongo un diálogo entre dibujos y esculturas de Waka-Waka, con esencia popular andino”, aclara Ballivián.