Español ambienta novela en La Paz
La Paz |
El escritor español Miguel Sánchez-Ostiz cuenta su historia de amor con La Paz en su libro “Chuquiago”, donde describe con intensidad sus recorridos por las calles paceñas y asegura que en las mismas no hace falta imaginar fantasías.
“Aquí la realidad es fantasía, para qué inventarse mundos imaginarios si está La Paz. Cuando recorres sus calles uno está en permanente asombro de los lugares y de lo que dicen las personas, es un estado de maravillamiento”, dijo.
El novelista, ensayista y poeta, nacido en Pamplona en 1950, llegó en esta semana por décima vez a la sede del Gobierno de Bolivia, ahora para presentar esa obra en la Feria Internacional del Libro.
Sánchez-Ostiz recordó que llegó por primera vez a Bolivia en 2004 procedente de Chile aprovechando que tenía una semana de descanso.
Entonces conocía muy poco de la nación andina, cosas generales sobre el cuatro veces presidente Víctor Paz Estenssoro, la vida del barón del estaño Simón Patiño y sobre la ejecución del guerrillero Ernesto Che Guevara en 1967, en el sureste de Bolivia.
Evocó que el primer lugar que le impresionó de La Paz fue la Plaza San Francisco que describe en su libro como “el auténtico vientre de la ciudad” donde las personas comen, beben, protestan, comercian, se reúnen y consultan a yatiris (chamanes aimaras). “Yo creo que esa plaza debería ser declarada como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Es algo fascinante, yo no podía creer lo que he visto en esa plaza, vendían remedios contra la sífilis, la gente discutía sobre extraterrestres y la biblia, y actuaban hasta payasos”, sostuvo el narrador hispano. Después de recorrer muchas veces las arterias paceñas las define como una especie de “hormiguero urbano” por el movimiento que hay desde tempranas horas entre las ciudades de El Alto y La Paz, donde todos parecen cumplir una función, según dijo.
“La Paz es cataclismática, la conjunción del vidrio, el metal, los rascacielos, las casas. La gente no tiene un orden, pero lo que transmite la ciudad es una sensación de vida”, finalizó.