FAO: Preocupa hambre y también la obesidad
Santiago de Chile |
La FAO elogió ayer el esfuerzo por reducir el hambre en América Latina y el Caribe, donde este problema afecta al 7,9 por ciento de la población, pero advirtió del riesgo que conlleva el aumento de los índices de obesidad y sobrepeso.
Bolivia está entre los países en los que hay personas desnutridas y que pasan hambre, con el 21,3 por ciento de su población viviendo en esas condiciones. El país también está en la lista de zonas donde hay obesidad pues el 19 por ciento de sus habitantes mayores de 20 años está afectado por esa condición.
En el informe “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2013”, presentado ayer en Santiago, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) argumentó que la región es la que mayores avances tuvo en la lucha contra el hambre.
Según cifras de la FAO, el número de personas que pasa hambre en la región se redujo de 65,7 millones en 1990-1992 a 47 millones en 2011-2013, lo que equivale a una caída del 14,7 al 7,9 de la población.
Adoniram Sanches, oficial de políticas de la FAO, dijo que Argentina, Barbados, Chile, Cuba, Dominica, México, San Vicente y las Granadinas y Venezuela lograron erradicar el hambre.
Otros como Brasil, Colombia, Guyana, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana alcanzaron la meta del primer Objetivo del Milenio, que propone reducir a la mitad entre 1990 y 2015 las personas que padecen hambre.
A pesar de la mejora en los últimos años, la FAO recordó que aún hay 47 millones de personas desnutridas en la región y 66 millones que viven bajo el umbral de la indigencia.
La situación más delicada es la de Haití, donde el 49,8 por ciento de la población pasa hambre.
Un problema que surge con fuerza es la obesidad y el sobrepeso, una situación que en la región afecta a más gente que la desnutrición y que amenaza con convertirse en el principal riesgo alimenticio durante los próximos diez años.
Según la FAO, la obesidad afecta al 23 por ciento de la población adulta de la región, un porcentaje que se expande al 61 por ciento si se contabiliza también la gente con sobrepeso.