La vida con parches
Daniel Guzmán Sancha. Consultor de empresa
Hace unos días tuve una conversación con mi colega de la consultora acerca de la relación entre vida cotidiana y falta de planificación.
La conversación comenzó sobre lo metódicos que somos algunos en ciertos aspectos de nuestra vida. Desde nuestro trabajo, hasta el simple hecho de salir de casa y reaccionar ante las cosas que todos los días hacemos sin ponernos a pensar que es un nuevo día.
Nos esforzamos demasiado en vivir para el día a día solamente cumpliendo con nuestros compromisos afanados por la rutina, no planificamos en el tiempo, por lo que estamos solamente tapando con parches las cosas que se van presentando.
La realidad es que existe un aumento en la cultura de vivir la vida poniendo parches sin solucionar las cosas de forma definitiva. Un ejemplo real de esta situación se da en el hecho de la forma en la cual encaramos nuestra propia administración económica, tapando agujeros que se van presentando (poniendo parches) y no soluciones definitivas.
Este ejemplo me hace recuerdo a lo que pasaba con la casa de los abuelos donde para las goteras la solución era conseguir más tachos para proteger el piso y no había la solución definitiva; a esto llamaría yo una vida en parches.
La vida en parches parece ser parte de la cultura de hoy más que en cualquier otro tiempo; los motivos pasan por múltiples situaciones desde laborales hasta de comportamiento.
Necesitamos planificar todo lo que hacemos de forma que los resultados sean una consecuencia, no un hecho. Los trabajos deben ser encarados con una cultura de anticipación, con análisis previos, planificación y buenos sistemas de control. Vivir la vida en parches puede resultar muy peligroso.