La guerra comercial EEUU-China es oportunidad perdida para la soya boliviana
Estados Unidos desató el pasado 6 de julio la mayor guerra comercial de la historia al aplicar un incremento del 25 por ciento a los aranceles de varios productos tecnológicos e industriales provenientes de China, lo que representa 34 mil millones de dólares. China responde imponiendo similares condiciones a la materias primas de Estados Unidos.
Un artículo de Financial Times publicaba en abril pasado que Latinoamérica podría ser la gran favorecida con la “guerra”, al disputarse el mercado chino de un billón de dólares, sobre todo Brasil y Argentina, grandes proveedores de soya, y a donde el gigante asiático podría girar la vista.
Por otra parte, los pagos fijados por China y Estados Unidos, una a la otra, hacen que a escala mundial el precio de la soya baje a números históricos que no se registraban desde 2008, según reporta El Deber, lo que más bien se traduce en un efecto negativo para la producción boliviana.
Los economistas y exportadores bolivianos consultados por Los Tiempos aseguran que Bolivia no tendrá impacto negativo (al menos por ahora), puesto que los precios ya fueron fijados con anterioridad, y, si bien la guerra comercial debería representar una buena oportunidad para los productos bolivianos, no tenemos la capacidad para hacer buen uso de esa circunstancia.
La baja capacidad para producir grandes volúmenes de alimentos, la falta de tecnificación, infraestructura y un modelo económico que prioriza el mercado interno son los elementos principales que identificaron para explicar el fenómeno.
Para la gerente técnica del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), María Ester Peña, la guerra comercial puede representar una oportunidad para Bolivia. “Por tal motivo, esperamos que se liberen las exportaciones y, sobre todo, se den buenas alternativas tomadoras de decisión para que nos puedan abrir lo más pronto posible este megamercado de China para que llegue nuestra soya boliviana”, explica.
Para el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Wilfredo Rojo, la disputa comercial no tendrá gran relevancia en nuestro país. “No vamos a ser afectados, pero tampoco veo una oportunidad. Los productos que ellos (China) demandan son de alta tecnología, industrias que nosotros no producimos”, asegura.
También atribuye la situación a que en 12 años de Gobierno no se fomentaron nuevos mercados. “La política del Gobierno no es inclinada a las exportaciones, sino de país con país, lo que es bastante engorroso. Pero tampoco termina de hacer los trámites con el Mercosur, y ya se fueron todos los Gobiernos amigos del nuestro y no se ha avanzado”, añade.
El presidente de la Cámara de Exportadores de Cochabamba, Gunther Haas, considera que aunque la guerra comercial sea una oportunidad para los productos bolivianos, éstos encuentran una severa limitación con las restricciones impuestas por el Gobierno central. “No podemos abrir mercados si tenemos restricciones. Yo no puedo decir al cliente ‘este mes te mando tanto y el otro mes no sé’”, sostiene Haas.
IBCE
Para María Peña, del IBCE, la guerra comercial se sentirá en Bolivia a futuro en minerales y materias primas.
“Ejemplo de ello es si China baja sus ventas de manufactura, comprará menos materias primas, insumos, lo cual significa menos exportaciones y mayor déficit comercial para nuestro país”, precisa.
Peña agrega que la principal oportunidad para Bolivia y América Latina se encuentra en la soya, ya que es el principal producto que China demanda de Estados Unidos. Sin embargo, advierte del riesgo por las políticas del Gobierno boliviano.
Finalmente, Peña explica que todas las guerras comerciales a lo largo de la historia provocaron el surgimiento de políticas proteccionistas a nivel comercial y, por lo tanto, consecuencias para el resto de las economías que tienen relación directa con los mercados enfrentados.
DATOS
El Presidente de EEUU busca cumplir promesa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende cumplir su promesa de campaña de reducir el déficit comercial y proteger las inversiones y el empleo en Estados Unidos.
China aplicó los mismos aranceles que EEUU. China reaccionó de inmediato y señaló que estaba “obligada a tomar las contramedidas necesarias” “para defender los intereses fundamentales del país y de su población”. Aplicó aranceles por el mismo valor sobre productos agrícolas norteamericanos como la soya, el pescado, la carne de cerdo, de ternera y productos lácteos.
MODELO ECONÓMICO LIMITA OPORTUNIDADES BOLIVIANAS
Los economistas Pablo Cuba y José Espinoza explican que el modelo económico boliviano impulsado por el presidente Evo Morales tiene un fuerte anclaje en la producción para abastecer y fomentar el mercado interno, sin realizar mayores esfuerzos para favores las exportaciones de productos primarios, manufacturas y de valor agregado.
“De ahí ha aparecido este discurso que estamos protegidos ante cualquier crisis, no nos afectan este tipo de problemas de guerras económicas, pero tampoco estamos teniendo capacidad competitiva para abrirnos mercados nuevos, sobre todo grandes”, dice Cuba.
Por su parte, Espinoza afirma que el Gobierno profundizó las características primaria, exportadora y rentista de la economía nacional y además implementó políticas poco usadas en la región.
“La prohibición de exportaciones de algunos productos es algo muy raro, la política del modelo económico y la política comercial han limitado el crecimiento de la exportación”, valora.
Los economistas y exportadores consideran que aún hay que aguardar para medir el verdadero impacto de la guerra comercial.
Aunque los rumores de la guerra comercial entre Estados Unidos y China perfilaban un beneficio para América Latina a principios de 2018, sólo Argentina y Brasil fueron señalados por los economistas como posibles beneficiarios del enfrentamiento.
“China ya es el principal socio comercial de Brasil y se está convirtiendo en un importante inversor. La vecina Argentina, el tercer mayor productor de soya del mundo, podría también salir favorecida”, dice un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
ANÁLISIS
José Espinoza. Economista
“El conflicto puede impulsar el comercio regional”
Muchas empresas están nacionalizando su producción desde que empezó a verse la tendencia del cierre de fronteras y el cierre de comercio.
Esto es malo para la economía boliviana porque cierra oportunidades en las cadenas de valor.
En los últimos años, las oportunidades comerciales estaban sobre todo en las cadenas de valor, grandes cadenas de proveedores a nivel mundial.
La guerra comercial puede impulsar el comercio regional o ultrarregional, pero esto es algo que Bolivia deja de lado por sus políticas.
Nuestros principales socios comerciales son la CAN y el Mercosur y en la medida que las fronteras se empiecen a cerrar, muchas de estas economías vecinas, muchos de estos socios comerciales van a tener que empezar demandar de proveedores más cercanos a ellos. Probablemente, la demanda de éstos a nivel ultrarregional aumente y ahí Bolivia tiene una oportunidad.