Con recorte de envíos a Argentina, Bolivia recibirá $us 985 MM menos
Con la adenda firmada el pasado jueves para la exportación de gas a Argentina, Bolivia reducirá su obligación de envíos, en algunos meses, hasta en más de la mitad de lo comprometido inicialmente, y, por tanto, también dejará de recibir ingresos, pese a la elevación del precio base. Un cálculo realizado por la Gobernación de Santa Cruz establece 6.757 millones de bolivianos (985 millones de dólares) que el país dejaría de recibir en los dos años que abarque la adenda.
Para el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, en tanto, la adenda establece un incremento del 15 por ciento en el precio de este recurso en verano y aproximadamente 40 por ciento en invierno. “Logramos más ingresos con menor volumen, y ese excedente de volumen se puede comercializar a otros mercados”, aseguró.
Dos expertos en hidrocarburos consultados por este medio, Álvaro Ríos y Bernardo Prado, explican, por su parte, que no se trata de dinero ni volúmenes perdidos, sino que los remanentes deberán ser entregados al final del plazo establecido (año 2026), por lo que el tiempo de contrato muy probablemente deba extenderse unos dos años más. “Al final terminaremos enviando lo mismo, sólo que en más tiempo”, explicó Prado. Se rebajan los volúmenes porque es algo que Bolivia puede enviar y Argentina puede recibir, explicó Ríos de su lado.
Según el contrato original, el volumen mínimo que Bolivia debía enviar a Argentina (sin importar la estacionalidad) era de 17,2 millones de metros cúbicos por día (MMm3d) y, el máximo, de 20,9 MMm3d, a un precio de 6,24 dólares el millar de BTU.
Con la adenda suscrita el pasado miércoles, se rebajan los envíos de verano (de octubre a abril) a un mínimo de 10 MMm3d y en invierno a 18. En medio están los meses de septiembre y mayo, en los que se enviará 16. Además, en los meses de invierno, se indexará el precio del gas al GNL, lo que implicaría subir de los actuales 6,4 dólares el millar de BTU a 10,3 dólares.
Un cálculo realizado por la Gobernación de Santa Cruz establece que con el antiguo contrato Bolivia habría recibido en estos dos años 26,5 mil millones de bolivianos; en cambio, con la adenda (y la reducción de volúmenes), lo recibido será sólo de 19,8 mil millones de bolivianos.
Sin embargo, según Prado, al final se va a terminar vendiendo la misma cantidad de gas acordada inicialmente, con la ventaja para Bolivia de que tendrá margen de maniobra para atender las demandas de Brasil y Argentina, y del mercado interno. “En términos económicos, se indexa el precio del gas al GNL. Tal vez hubiera sido mejor indexar al petróleo. Esto habrá que estudiarlo”, explicó.
Argentina, por su parte, gana en seguridad energética, se ahorra lo que tiene que gastar en verano, pues ya no comprará gas que no necesite, y sí se asegura para invierno. Además de que no tendrá que pagar las multas por no recibir gas comprometido, explica Prado, en una explicación similar a la de Ríos.
OFICIALISTAS Y OPOSITORES
El ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, aseguró que la adenda establece un incremento de 15 por ciento en el precio de gas en verano y 40 por ciento en invierno.
El costo de venta será superior en invierno, ya que será indexado al GNL, más el costo de regasificación, lo que permitirá subir el precio de 6,24 a 10,30 dólares el millar de BTU.
“Hemos logrado realmente un hito histórico, son los precios más altos en las historia de Bolivia. Logramos más ingresos con menor volumen, y ese excedente de volumen se puede comercializar a otros mercados”, aseguró.
El senador opositor Óscar Ortiz lamentó el “mal negocio” del Gobierno. “Un contrato que planteaba llegar a 27 MMmcd se reduce en verano a 10 y en invierno a 16, es decir, a una tercera parte en verano y la mitad en invierno”, dijo.
“HAY QUE BUSCAR NUEVOS CLIENTES EN ARGENTINA”
“La relación de Estado a Estado se está acabando, y la señal que Argentina nos está dando es justamente ésa. Nos busca para hacer una nueva adenda, nos reduce volúmenes de envío porque ya no necesita tanto en verano, aunque sí en invierno, y le da la oportunidad a Bolivia para que busque clientes dentro del mercado argentino”.
El análisis pertenece al experto en hidrocarburos Álvaro Ríos, quien explica que lo que Argentina busca es que Bolivia ya negocie con clientes finales (empresas públicas o privadas), en lugar de Estado a Estado. “Y lo mismo va a ocurrir con Brasil”, añade.
“Lo que tenemos que hacer con Argentina es cumplir esos dos años y buscar los mercados dentro de Argentina, nuevos compradores, que ya no sean necesariamente el Estado”, añade.
Ríos también explica que Argentina envía la clara señal de que ya no quiere el gas boliviano en verano, cuando lo puede producir en su territorio, en un proceso que le genera regalías, empleo y en el que sus propias empresas lo pueden producir. Se evita también de multas, pero es lo de menos.