Prevén ralentización del PIB de la construcción en 2022 y 2023
El Producto Interno Bruto (PIB) del sector de la construcción alcanzó en la gestión 2021 un crecimiento del 17,89 por ciento. Sin embargo, ahora se prevé una considerable ralentización, pues el sector proyecta cerrar 2022 con un crecimiento del 2,83 por ciento y 2023 con 3,15 por ciento.
Así lo reflejan las estimaciones realizadas por el Centro de Estudios Económicos y Desarrollo de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz) con base en datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Esa entidad empresarial relaciona la ralentización del PIB de la construcción, entre otros factores, con la baja ejecución de la inversión pública presupuestada por el Gobierno nacional.
En opinión del presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Luis Bustillo, entre 2021 y 2022 hay un fuerte dinamismo en la construcción privada, como edificios y obras individuales, pero no ocurre lo mismo con la obra pública, pese a que el Gobierno nacional tiene en agenda la ejecución de importantes proyectos de infraestructura.
Bustillo mencionó que en 2022 el Gobierno tiene previsto invertir al menos 2.300 millones de bolivianos en infraestructura carretera en La Paz, así como un programa de industrialización de 1.500 millones de bolivianos.
“Son obras importantes, son obras grandes, esto va a beneficiar a muchas empresas, pero no así a la gran masa que es la empresa pequeña y la empresa mediana, porque estás empresas generalmente acogían trabajos de los gobiernos subnacionales y no están pasando estos por un buen momento, por lo tanto, de concretarse estos paquetes, sí puede generar mayor dinamismo”, dijo.
Sin embargo, Bustillo mencionó que el sector de la construcción está a la espera de que estos proyectos públicos con importante inversión sean ejecutados también por empresas nacionales, para lo cual piden flexibilizar la normativa en función a la realidad nacional.
“Todo lo que se ha construido en Bolivia es por empresas constructoras bolivianas y mano de obra boliviana, pero en muchos casos como subcontratistas y no como contratistas, porque las exigencias son demasiado grandes y no podemos alcanzar los constructores bolivianos”, explicó.
Bustillo añadió que, ante la rigurosidad de las normas vigentes para la adjudicación de importantes proyectos de infraestructura pública, las constructoras bolivianas pequeñas y medianas no pueden ser parte de estos programas ni siquiera asociándose.
Recursos escasos
Otro factor que motiva la ralentización del sector de la construcción es la reducción de recursos en los gobiernos subnacionales. Según Bustillo, esto se debe a la disminución de ingresos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) que perciben las alcaldías y gobernaciones.
Cabe mencionar que desde la gestión 2015 el país experimenta una reducción de ingresos por la exportación de gas natural, debido a la disminución de la producción y la escasa reposición de reservas.
La merma en los ingresos por IDH deriva en problemas de liquidez en los municipios y gobernaciones, lo que, a su vez, prolonga la deuda a las empresas constructoras por proyectos ejecutados en gestiones pasadas. A decir de Bustillo, los gobiernos subnacionales vienen pagando estas deudas, pero no en la medida que esperaba el sector constructor.
En opinión del economista Germán Molina, la ralentización del sector de la construcción se explica principalmente por los problemas de liquidez en los distintos niveles de gobierno y la excesiva deuda flotante, es decir, el pago pendiente por proyectos ejecutados con anterioridad por la empresa privada.
Este último factor, según Molina, viene ocurriendo en los últimos 16 años y se ha convertido en un aspecto que desmotiva a las empresas privadas e inversionistas.
No obstante, Molina advirtió que esta compleja situación marcada por la iliquidez en las entidades estatales continuará: “No se espera que esto mejore, excepto que entre en operación y se tenga asegurado el tema del litio”.
Arce destaca el crecimiento
El sector de la construcción en Bolivia registró en 2021 un 18 por ciento de crecimiento, por lo que revirtió la caída de 2020, cuando marcó un índice negativo de 19 por ciento.
“El año 2020, el sector de la construcción tenía una tasa negativa de crecimiento de más allá del 19 por ciento de caída (…). (Pero) en 2021 alcanzaba ya un 18 por ciento de crecimiento positivo”, informó el presidente Luis Arce en un acto celebrado en abril por los 96 años de creación de la Confederación Sindical de Trabajadores en la Construcción.