Lluvias dejan 2 mil familias damnificadas
La temporada de lluvias ha afectado ya a 2.000 familias de 14 municipios y dañado 936 hectáreas. La última región en sufrir por el desborde de los ríos ha sido Punata, en el valle alto.
Sólo en la última semana, más de 200 familias de Tiquipaya y Colcapirhua quedaron con sus casas y sembradíos anegados. En Mizque, más de 500 afectados han perdido 35 hectáreas de frejol, maní, tomate y orégano.
La responsable de la Secretaría de la Madre Tierra de la Gobernación, Tatiana Sanabria, confirmó que 110 comunidades de 14 los municipios han sido impactadas por las lluvias, sólo entre el 16 y 23 de diciembre. “El municipio de Toco está en riesgo con 300 familias, Cliza con 545, Omerque con 355 y Misque con 525”, comentó. La ayuda humanitaria se concentrará estos días en la entrega de alimentos. En el valle alto, Cliza, Toco y Punata sufren las inundaciones más fuertes de los últimos años.
Punata
Más de 110 familias de las comunidades de Villa Arenal, Tajamar, Román Calle, Collque Rancho, Sivingani y Chirusi Rosario, en el municipio de Punata, se encuentran bajo el agua debido al desborde de los ríos Chaqui Mayu y Mayu Morro.
El responsable de Desarrollo Productivo del municipio, Wilson Camacho, dijo que las inundaciones, producto de las últimas lluvias, la falta de limpieza de las acequias y el dragado de los ríos, dejaron como saldo cinco viviendas colapsadas. Ante ello, la Unidad de Gestión de Riesgos, Defensa Civil y Servicio Departamental Agropecuario se trasladaron, ayer, a la zona para evaluar la emergencia.
Tras el recuento de daños, Camacho aseguró que la Gobernación se comprometió a enviar bombas de agua. “No tengo casa, ni nada. Con qué voy a vivir”, lamentó una de las comunarias, Concepción Aguilar, en Collque Rancho. La mujer perdió dos hectáreas de alfalfa y cuatro de maíz. Otra de las pobladoras, Cristina Aguilar, teme que su casa se derrumbe, debido a que el agua que ingresó a su vivienda de adobe humedeció los cimientos y produjo el resquebrajamiento de las paredes internas y externas. “Estamos desesperados, que nos ayuden por favor”, expresó. En tanto, una de las comunarias de Collque Rancho, Catalina Román, recurrió a los baldes, a una bomba de agua y a botellas de plástico para sacar el agua de sus sembradíos con la intención de salvar algo de su producción de maíz, que iba a cosechar en marzo. Pero, su trabajo es inútil frente a la magnitud.
Radio Fides Punata informó que a causa de las lluvias se abrió una grieta de 300 metros de largo y hasta 80 metros de profundidad en la zona de Villa Arenal, que ha afectado un camino vecinal.
