El sueño de Misicuni aún requiere más inversiones
Han pasado más de 60 años desde que surgió la idea de construir una enorme represa en Misicuni para captar el agua de los ríos de la cordillera del Tunari. Los duros periodos de sequía que azotaron a la región junto con el aumento creciente de la demanda de agua apuraron su ejecución en los 90’.
El desafío se trazó en tres fases. La primera etapa se centró en el túnel de trasvase y el plan inmediato. La perforación de 19,5 kilómetros se hizo entre 1997 y 2005 con 80 millones de dólares. El túnel permitió captar las aguas de los ríos Titiri y Serketa Mayu. Desde su conclusión, a cargo de ICE-Astaldi, se envían a la ciudad 250 litros de agua por segundo.
La segunda etapa, la construcción de la represa de 120 metros de alto, está en plena ejecución desde 2009. El plan es incrementar la entrega del agua a 3.100 litros segundo y comenzar a generar energía 80 Mw por año. Hasta ahora ha sido la fase más complicada por el “engaño” del Consorcio Hidroeléctrico Misicuni que ganó la licitación con el currículo de la empresa italiana Grandi Lavori Fincosit, que cobró el 4,5 por ciento de la adjudicación por prestar sus papeles.
Luego, aparecieron nuevas sospechas sobre la contratación de la empresa china Camce Bolivia Branch que retomó las obras tras la salida del consorcio en 2014. Esta etapa supera los 130 millones de dólares.
La conclusión de la presa está prevista para el 17 de julio de 2016, pero se prevé que el agua llegue en 2018 a los municipios de la región metropolitana, informó el responsable de la Dirección de Planificación y Gestión Integral del Agua de la Gobernación, Luis Salazar.
Pues, es necesario que la represa se conecte a través de una red de ductos con los municipios de la región metropolitana: Sipe Sipe, Vinto, Quillacollo, Colcapirhua, Tiquipaya, Cercado y Sacaba. Se estima que la inversión superará los 400 millones de dólares.
De las cuatro ductos que se necesitan sólo el sistema Molle Molle-Cala Cala se construye en Cercado y estará listo este año. Los otros tres todavía no han iniciado y no tienen estudio a diseño final. El 22 de diciembre de 2015, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, la Gobernación y los siete municipios firmaron un convenio para realizar el financiamiento.
En esa ocasión el Ministerio de Medio Ambiente y Agua se comprometió a invertir en dos sistemas de aducción: Jove Rancho-Colcapirhua, en la zona sur de Cercado (34 kilómetros) con un monto de 1.497.185 bolivianos y Jove Rancho- Chojñacollo en Quillacollo (6,5 kilómetros) con 472.059 bolivianos.
El estudio a diseño final del sistema de aducción de Jove Rancho-Tiquipaya-Cercado-Sacaba (20,3 kilómetros) tiene un presupuesto de 2.143.485 bolivianos y debe ser financiado por los municipios.
Salazar dijo que todos los estudios todavía no han sido licitados. Se estima que la licitación no demore más de tres a seis meses. La construcción concluiría en 2017, excepto el sistema de Jove Rancho-Tiquipaya-Cercado-Sacaba que concluirá el 2018.
Salazar manifestó que está última red es la que demorará porque sólo el municipio de Sacaba desembolsó el presupuesto.
Explicó que aunque la presa esté en julio de 2016 el embalse de las aguas deberá realizarse en el periodo de lluvias 2016-2017. Manifestó que sólo el volumen muerto de la presa será de 30 millones de metros cúbicos. “Seguramente algo de agua de Misicuni se podrá aprovechar desde el 2017, pero la segunda fase de Misicuni estará funcionando en toda su capacidad en 2018, no es fácil llenar una presa de 120 metros de altura”, dijo. La tercera etapa aún no ha empezado y es esencial para llenar la presa. Se requiere la construcción de un segundo túnel para captar las aguas de los ríos Putucuni y Viscachas de 20 kilómetros. Sólo así se podrá contar con 6.100 litros segundo y 120 Mw de electricidad al año. El financiamiento es incierto.
Se necesita un segundo túnel
La Empresa Misicuni terminó el proyecto de la tercera fase del Proyecto Múltiple Misicuni en 2015. Comprende la construcción de un segundo túnel de aducción para captar las aguas de los ríos Viscachas y Putucuni de 20 kilómetros y la ejecución de sus embalses derivadores, el costo del emprendimiento bordea los 140 millones de dólares.
El director de Planificación y Gestión Integral del Agua, Luis Salazar, informó que la Gobernación no cuenta con el dinero, por lo que deberá ser financiado por el Gobierno central.
Sólo una vez que concluya esta fase se podrá llenar la represa de 120 metros de altura y se incrementará el caudal de agua a 6.100 litros. Se destinarán 3.900 para agua potable y 2.200 para riego. La generación de electricidad aumentará de 80 a 120 megavatios por año par el Sistema Interconectado Nacional. Salazar informó que las aguas de la segunda fase abastecerán la demanda de agua de la población hasta el 2025 y la tercera hasta el 2035. "Para la tercera fase sólo contamos con el proyecto, pero todavía tenemos tiempo para ejecutarlo", comentó.
PERCEPCIONES SOBRE EL MEGAPROYECTO
ROSSEMARY ANTEZANA, RIEGOS DE LA GOBERNACIÓN
"Estamos en ajuste"
El componente de riego del proyecto Misicuni está en la etapa de ajuste. El proyecto inicial debía regar 4.500 hectáreas y beneficiar a 5.520 familias. Todavía no se cuenta con financiamiento para la construcción de dos canales de riego.
LUIS SALAZAR, DIR. AGUAS DE GOBERNACIÓN
"Hay déficit de agua"
Según la aproximación técnica que tenemos las redes de aducción se concluirán el primer trimestres del 2018. Si la represa se termina en julio podremos almacenar las aguas de lluvia del 2017-2018, las primeras aguas sólo servirán para llenar el volumen muerto.
GONZALO MALDONADO, RPTE. ASIEME
"El agua llegará en 2019"
Hay factores que no están dentro de la segunda fase como la limpieza del terreno. Después de que se concluya la presa se deben levantar los agregados y el campamento pero no está previsto en el cronograma, por eso creemos que esta fase podrá terminarse el 2019.
Segunda fase
La demora en la entrega de la segunda fase de Misicuni, prevista para 2012, está marcada por el presunto “engaño” del Consorcio Hidroeléctrico Misicuni (CHM) que en 2009 se adjudicó el proyecto por un presupuesto de 79 millones de dólares.
El contrato con CHM se resolvió en 2013 por iliquidez y posteriormente se descubrió que se conformó un consorcio ficticio y que la principal social: la empresa Grandi Lavori, nunca formó parte y sólo prestó su currículo por el 4,5 por ciento del contrato.
La Contraloría General del Estado estableció un daño económico de 23 millones de dólares al Estado e inició un proceso penal contra los ejecutivos del consorcio entre ellos Martín Rovira Rada por un daño económico de 23 millones de dólares.
En 2014, las obras fueron adjudicadas por invitación pública a la empresa china Camc Engeenering (Camce) Bolivia Branch, actualmente investigada por supuesto tráfico de influencias del Presidente con su expareja, Gabriela Zapata, que fue gerente comercial de la empresa china cuestionada.
La presa tiene un avance físico del 82 por ciento y las obras deben ser concluidas el próximo 17 de julio de 2016.