Quillacollo vuelve a ser testigo de un gran encuentro de fe
Pañuelos blancos y el sonido de las campanas anunciaron la llegada de las advocaciones marianas al templo de San Ildefonso de Quillacollo, donde cientos de feligreses esperaban ansiosos a las imágenes que arribaron de diferentes partes del mundo.
Este escenario marcó el primer día de la festividad de Urkupiña que recibió a 36 advocaciones que protagonizaron un encuentro de fe.
Al promediar las 10:30, la Virgen de Copacabana de La Paz, Patrona de Bolivia y de las Fuerzas Armadas, fue la primera en llegar al altar, luciendo un vestido blanco bordado. Luego, las demás advocaciones empezaron a asomarse, cada una con un vestuario e historia diferente. Devotos con capas blancas llegaron con la Virgen del Carmen de Oruro quien emocionó a decenas de visitantes. A la de Cotoca de Santa Cruz le acompañaron hombres con sombrero de sao y música típica cruceña.
La Virgen Aparecida de Brasil emocionó a los feligreses por su particular origen, ya que fue encontrada en el río Paraiba. Advocaciones del continente europeo también formaron parte de la actividad: Francia con la Virgen Lourdes, España con la Virgen de Covandonga, Portugal con la Virgen de Fátima y Holanda con la Virgen de Todos los Pueblos. La peregrinación finalizó con la Virgen “Desatanudos” proveniente de Buenos Aires, Argentina, de la que el papa Francisco se ha declarado como fiel devoto.
Durante la Eucaristía, la iglesia recordó a la población la importancia de generar lazos de hermandad y evitar ante todo los actos de violencia, racismo y maltrato infantil. Asimismo, pidió una oración por la población afectada en los últimos incendios registrados.
La misa concluyó con el pedido de construir un país unido, donde la política y la ideología no sean motivos para generar divisiones en la sociedad. También, se llamó a que durante las festividades se viva la devoción y no así el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Las representaciones marianas se encontraron por doceavo año consecutivo, como una actividad que sale del marco folcklórico de la festividad de Urkupiña y que pretende dar acogida a todos los feligreses que poseen una imagen de María para compartir y afianzar su fe.
Los devotos despidieron a las advocaciones entre lágrimas, esperando que sus deseos sean cumplidos.
LA “DESATANUDOS”
Cientos de feligreses se acercaron ansiosos a la Virgen “Desatanudos” que por primera vez llegó a Quillacollo desde la ciudad de Buenos Aires, Argentina. La imagen es una réplica que fue solicitada por el papa Francisco mientras estudiaba en Alemania. Por esta razón, la autoridad religiosa en varias ocasiones se nombró como fiel devoto de la virgen. “Desata los nudos del corazón, nudos de la sociedad y de pueblos que no quieren encontrarse, y ayuda a encontrarse a quienes no quieren salir de sí mismos para encontrar a otros”, dijo uno de los sacerdotes que participaba en la eucaristía.
Silvia Romero, junto a su familia, trasladó a la Virgen Desatanudos a Quillacollo gracias a una invitación de la iglesia. La devota asegura que la Virgen brinda bendiciones cuando se deposita fe en ella. “Ella logra la bendición para todas las familias, desatando nudos que traemos en nuestra vida y nos llena de paz y amor”, aseguró. Al finalizar la eucaristía, cientos de feligreses se acercaron a la virgen con pañuelos pidiendo su bendición. La Iglesia Católica agradeció su presencia.
HISTORIAS DE FIELES
La llegada de las advocaciones sin duda genera un ambiente de fe y devoción que da pie a la festividad de Urkupiña. Esta tradición que inició hace 12 años, según Juan Carlos Bernal, miembro del Sindicato de Prensa de Quillacollo y cofundador de la actividad de advocaciones, manifestó: “Las imágenes han despertado el significado religioso que debe tener la fiesta, en fe y devoción a la Virgen María”. Asimismo, aseguró que la peregrinación nació por iniciativa de los trabajadores de la prensa de Quillacollo y de la Iglesia Católica para contrarrestar el carácter comercial de la fiesta de Urkupiña y recuperar el sentido religioso con la participación de los devotos.
Pastora Gregoria viajó 27 horas seguidas desde Jujuy, Argentina, para ver a la “Patrona de Quillacollo”. Entre sus brazos sostenía una pequeña imagen de María y con manifiesta alegría al escuchar la misa dijo: “Yo vengo todos los años desde el 2011, la virgen me dio muchas bendiciones, yo tuve cáncer y ahora estoy muy bien, sin medicamentos, y todo gracias a ella”.
Los devotos depositan toda su fe en la Virgen de Urkupiña, sin importar la distancia que deban recorrer para encontrarse con ella.