Alasitas en Urkupiña, el pequeño gran sueño
Las Alasitas o miniaturas son una de las tradiciones más arraigadas de la festividad de la Virgen de Urkupiña.
Otro rasgo que resalta es la inclusión de los niños que desde mucho antes de la fiesta se dedican a recolectar los frutos más pequeños para la feria.
Incluso, en algún momento se contaba con un banco de billetes de Alasitas que se usaban para comprar las miniaturas.
La tradición
Según una costumbre de la fiesta de la Virgen de Urkupiña, el devoto debe acompañar su pedido con una miniatura que lo represente. Y, luego de la ch’alla y extracción de piedras, se debe bendecir y llevar a la casa. El rito se repite tres años.
Según las comerciantes el principal pedido es dinero. Por este motivo, se tienen varias presentaciones: la chuspa con billetes, el aguayo, maletas y fajos de dólares y bolivianos.
“Hay desde 5 hasta 30. Uno se lleva esto y la Virgen le ayudará a que nunca le falte”, explicó una vendedora, Roxana Rico.
Otra presentación es el sapo. Se trata de una imagen que representa la abundancia. Sin embargo, en este caso es para que no falte nada, ni salud, dinero, trabajo o comida en el hogar.
“Sabemos que el dinero no llega solito. En realidad lo que se pide a la Virgen es que nunca falte trabajo, luego nos toca poner de nuestra parte”, dijo una devota, Maribel Rocha.
Otra de las miniaturas más requeridas son las casas. Entre ellas hay algunas variaciones como lotes en construcción, edificios, carretillas con material e incluso hoteles.
“Es mi tercer año. Desde el primero le pido a la Virgencita una casa y ya el año pasado me cumplió. Ahora esto cumpliendo con los tres años y ya es más agradecimiento que pedirle. Hace cinco años le pedí un auto y también me ayudó. Pero la cosa es con fe y ella va a cumplir. Es muy milagrosa”, contó un feligrés, Eduardo Almaraz.
Las casitas están entre 20 y 70 bolivianos, según el tamaño.
En esta oportunidad se vieron algunas novedades como parejas de recién casados colocadas sobre elefantes para representar la unión familiar y el camino hacia adelante, pues este animal no retrocede.
Las miniaturas son hechas de cal y yeso. Son artesanías bolivianas aunque hay algunos productos de plástico de origen chino, pero son pocos.
Para quienes deseen adquirir sus miniaturas, las Alasitas comenzarán este fin de semana en Quillacollo con la venta de las canastas con alimentos que se bendicen en el templo de San Ildefonso. La feria comienza en la avenida Martín Cárdenas a la altura de la plaza de Las Sirenas, en el camino al calvario.