Floricultura en Cochabamba, un trabajo de esfuerzo y dedicación
COCHABAMBA |
Son las 19:00 y las comerciantes empiezan a llegar poco a poco, para asentarse en la calzada de las vías que bordean el coliseo Max Fernández, en Quillacollo, dispuestas a una larga noche de trabajo.
Las vendedoras, algunas jóvenes y otras más experimentadas, apresuran sus pasos para ocupar los mejores lugares y ofrecer el producto que les permite subsistir diariamente, las flores.
Lisiantus, crisantemos, lirios, fresias, astromelias, rosas y claveles, son acumulados en baldes, bañadores o en aguayos tendidos en el suelo.
Leonarda Fuentes, una joven floricultora, llega a la urbe para ofrecer su producto en un afán extendido, en más de una ocasión, desde la noche hasta media mañana del día siguiente.
“Yo salgo a las 2 de la mañana a vender mis flores y cosecho haba, flores también. (…) Aquí hasta las 9 de la mañana nomás nosotros vendemos y después nos botan”, relata.
Junto a su mamá, a pesar de que todavía ofrece algunas verduras en pequeñas cantidades, ha empezado a cultivar flores, viendo en ellas una posibilidad de lograr un mayor ingreso diario que le permita mejorar sus condiciones de vida en Iskaypata, su lugar de origen.
Sin embargo esta labor se complica, pues el comercio que es considerado informal, está prohibido desde las 9:00, hora en que los gendarmes se aproximan a todas las vendedoras para proceder con la desocupación.
La producción de flores, una ardua labor
Iskaypata, una comunidad de Vinto y aledaña al Parque Ecoturístico Pairumani, es hogar de algunos pequeños productores de flores, que aprovechando la humedad y buen clima de esta zona inician en promedio con extensiones de mil metros cuadrados de cultivo.
Floricultores que trabajan diversas variedades y especies buscan sacar su producto al mercado interno, principalmente a La Paz y Santa Cruz, sin embargo, aseguran que el principal perjuicio que encuentran es la falta de un mercado especializado, destinado enteramente a este rubro, como acontece en países vecinos.
Santiago Huarachi, como productor que ha formado parte de la directiva de la Federación de Productores de Flores (Fedeflor), explica que el clima valluno es ideal para obtener una producción floral de alta calidad pero que esta calidad se ve deteriorada en el manipuleo para la venta por la falta de condiciones de conservación.
“En otros países como la Argentina tienen mercados especiales para la floricultura. Es un atractivo turístico, como en Chile. Nosotros hemos visto cómo manejan en Ecuador las flores, tiene un espacio como un mercado que tiene todas las comodidades, tienen cámaras frigoríficas, aquí no las tenemos”, aseguró.
Muchos de estos productores inician sus cultivos a campo abierto, con un sistema de riego por inundación, poco o ningún conocimiento sobre plagas y las especies que son afectadas y ninguno sobre manipuleo posterior a la cosecha.
En Quillacollo existen 12 comunidades que diariamente se dedican a este cultivo, creando comercios que sigilosamente se mueve en las noches, atrayendo a amas de casa y a revendedoras por igual, que aprovechan los bajos precios cuando existe una sobre oferta.
Lista de comunidades y zonas productoras de Quillacollo
Municipios | Cantidad aproximada de productores |
Bella Vista | 300 |
Ironcollo | 20 |
Marquina | 40 |
Potrero | 80 |
Falsuri | 80 |
Liriuni | 75 |
Aroncollo | 60 |
Mosoj Rancho | 70 |
Molle Molle | 100 |
Tambo | 80 |
Ocosuru | 100 |
El Paso | 80 |
Primeros productores
En la década de los 70, los floricultores cochabambinos empezaron a dar sus primeros pasos, logrando abrir un nuevo mercado que hasta entonces, no muchos conocían.
Luego de años buscando ampliar sus conocimientos sobre la producción floral, a través de apoyo de instituciones no gubernamentales o experiencia adquirida en otros países, lograron involucrarse desde los 80, los productores de segunda generación, que incursionaron con mayor tecnología y avances en cuidado, producción, selección y empaque.
Este es el caso de Mery Canedo, una productora que inició su labor en la década del 90 y que ha recorrido un largo camino para posicionarse hoy en día como una productora de mediana empresa.
Flor del Prado, es el nombre de su empresa, que no piensa únicamente en abastecer el mercado interno, sino en exportar a países como Chile, Argentina y Estados Unidos con el objetivo de mostrar que en Bolivia también existe producción de calidad.
“Ha sido duro, no había el apoyo necesario para este sector y muchos hemos iniciado con nuestros recursos”, expresa.
Para estos productores más experimentados, los estándares son mayores. Parámetros como el tamaño y grosor del tallo, el largo de la cabeza o flor, son determinantes en el afán por adquirir clientela y generar mayor movimiento.
Canedo resalta que aparte de proveer a los mercados locales, trabaja con florerías que hacen pedidos de manera regular, mientras trabaja en un cultivo en Caramarca, Sipe Sipe, que apunta a cumplir estándares de exportación con el uso de abonos, tratamiento de terreno, fumigantes y fertilizantes.
El crecimiento de la mancha urbana ha afectado a más de uno, que ha migrado hacia terrenos más alejados para establecer sus cultivos, tomando distancia de las afecciones que provocan la contaminación de la ciudad.
Es así que actualmente existe un despliegue de productores hacia Sipe Sipe, Vinto, Sacaba e inclusive a algunas zonas de El Paso.
“Estoy trasladando mis carpas de El Paso a Sipe Sipe. Un terreno más grande, porque en El Paso las construcciones cambian la temperatura y dificultan las condiciones para el cultivo", explica Canedo.
Santiago Huarachi nos detalla que el abastecimiento de flores se da en un 10 por ciento por parte de las empresas, un 20 a 25 por ciento por la producción en carpas solares y un 65 a 70 por ciento de la producción a campo abierto, en campiñas y por métodos empíricos.
Estos datos contemplan a Sacaba, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe, municipios en los que crece el movimiento económico en torno a la floricultura con diferentes especies de flores.
Especies de flores más producidas |
Rosas |
Claveles |
Lirios |
Crisantemos |
Fresias |
Astromelias |
Lisiantus |
Margaritas |
Gerberas |
Gladiolos |
Cartuchos |
Gypsófilas |
Producción empírica de subsistencia
En la ciudad, el mercado Calatayud es el punto de concentración de las floristas, únicamente dedicadas al comercio, dejando un ínfimo espacio para las productoras que llegan de lugares como Tiquipaya o Tirani.
Con 82 años, Sinforosa Alanis es una pionera en la floricultura empírica, que le ha dado los suficientes frutos para mantener y criar a sus siete hijos, hoy en día independientes.
“Llevo años trabajando, cada domingo vengo, produzco en Chilimarca, como a esta hora vengo, 8 y media vengo. Esto (margaritas) hay que plantar así, separaditos con terrenito, con agüita hay que echar. Cada semanita hay que regar”, explica Sinforosa con la sabiduría que adquirió durante años.
De habla quechua, Sinforosa gana entre 100 y 300 bolivianos cada domingo, trayendo lo que esté listo para cosechar en su terreno de 3.000 metros cuadrados.
“Tengo margaritas, paltos, claveles, damasco, traigo aquí, higos, limones, pino también”, detalla sobre la producción surtida que ella comercializa.
La demanda en horas de la mañana es esencial para que Sinforosa consiga el dinero suficiente para la semana y así cuidar de las vacas y conejos que tiene, con un promedio de 30 a 40 bolivianos por día.
“Yo no tomo pues chicha”, responde Sinforosa, cuando uno pregunta por su edad. Ella está segura que su larga vida es resultado de haber cuidado su salud y dedicarse al trabajo duro en el campo.
Algunas productoras construyeron sus carpas solares de manera empírica, impulsando sus esfuerzos con el deseo de aumentar su producción, mejorando sus cultivos y lograr que esta fuente de ingresos, cubra sus necesidades diarias.