Madrid despliega su fuerza a una semana del referéndum catalán
BARCELONA |
Los independentistas catalanes salieron nuevamente a las calles hoy para insistir en su voluntad de abandonar España, pero el Estado les corta una tras otra las vías de organizar el referéndum de autodeterminación previsto para el 1 de octubre.
Los refuerzos de la Policía Nacional y la Guardia Civil no paran de llegar a Cataluña, y se buscan todavía las urnas para el escrutinio. Detenciones, registros, multas: el gobierno conservador de Mariano Rajoy emplea todas sus fuerzas para responder al desafío lanzado por los independentistas.
Tras reclamar en vano mayor autonomía a Madrid e intentar acordar este referéndum, el gobierno catalán, dominado por los independentistas desde 2016, decidió organizar este escrutinio saltándose la prohibición de la justicia.
El presidente catalán Carles Puigdemont y sus aliados forzaron el reglamento del parlamento regional para aprobar la ley de este referéndum unilateral, lo que agravó la división entre los independentistas y la oposición.
Según el último sondeo del instituto demoscópico regional, publicado en julio, un 49,4% de los catalanes se opone a la independencia y un 41% la desea.
"Nos van a obligar a llegar donde no queremos llegar", amenazó el jefe de gobierno conservador Mariano Rajoy antes de lanzar sus operaciones para paralizar el referéndum.
En los últimos días, la Guardia Civil incautó millones de papeletas del voto, las cartas para los ciudadanos designados para trabajar en los colegios electorales y detuvo a 14 altos cargos regionales, puestos después en libertad condicional.