May expresa a Trump rechazo por Jerusalén
La primera ministra británica, Theresa May, trasladó ayer su desacuerdo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la decisión de Washington de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, en una conversación telefónica.
La llamada entre ambos líderes, de la que informó un portavoz oficial, es la primera desde la polémica creada hace dos semanas por Trump, quien compartió en su cuenta de Twitter videos antiislamistas publicados por un partido ultraderechista británico en la popular red social.
May dijo entonces que Trump actuó de forma incorrecta y aunque rechazó cancelar una invitación para que efectúe una visita de Estado al Reino Unido, para la que todavía no se ha fijado una fecha, recalcó que hablaría con él sobre ese asunto.
La conversación ha tenido lugar 13 días después de aquel incidente diplomático, pero el portavoz de la “premier” explicó ayer que el retraso se ha debido simplemente a “una cuestión de calendario”.
La fuente también adelantó que May tenía previsto trasladar a Trump la posición de su Gobierno respecto al asunto de la capital israelí, con el que Washington quiere trasladar desde Tel Aviv a Jerusalén su misión diplomática en ese país.
“La Primera Ministra ha dicho muchas veces que tenemos una relación sólida con Estados Unidos, cooperamos estrechamente en temas importantes, como el terrorismo, y confiamos en que así siga siendo”, señaló el portavoz.
May mostró su desacuerdo con el reconocimiento de Jerusalén como capital del Estado de Israel.
MAY NO TRASLADARÁ EMBAJADA
May también ha recalcado que mantiene Tel Aviv como base para su embajada en ese país y que “no tiene planes de trasladarla”.
El Gobierno británico también ha respaldado, junto a otros 13 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, una resolución que rechaza la decisión adoptada por Trump, la cual no ha prosperado por el veto de Estados Unidos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores libanés condenó ayer el veto de EEUU a la resolución de la ONU presentada por Egipto que instaba a Washington a revocar su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. El “veto arrogante” de EEUU es una “bofetada grosera y ruidosa”, añadió.