EEUU endurece sanciones y varios países desconocen triunfo de Maduro
Estados Unidos aumentó ayer la presión financiera sobre Venezuela, dificultando la venta de activos estatales, incluidos los de la petrolera Pdvsa, tras la reelección de Nicolás Maduro en una votación que Washington calificó de “farsa”.
El presidente Donald Trump firmó un decreto que prohíbe a los estadounidenses comprar obligaciones de deuda venezolana, entre ellos los de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), crucial para la economía del país.
La orden ejecutiva, publicada por el Departamento del Tesoro, abarca todas las transacciones de deuda con el Gobierno venezolano o empresas estatales, incluidos pagarés conocidos como “cuentas por cobrar”.
Altos funcionarios del Gobierno estadounidense dijeron que estos instrumentos habían sido utilizados por Caracas para obtener ingresos ante la necesidad de efectivo.
El senador republicano Marco Rubio, abierto crítico de Maduro, celebró la decisión de Trump.
“El Presidente acaba de imponer nuevas sanciones que restringen la capacidad del régimen para ganar comisiones a través de la venta de activos del Estado y que prohíben comprar cualquier deuda con el Gobierno de Venezuela, incluidas las deudas con Pdvsa”, dijo en su cuenta en Twitter.
Según la experta en asuntos latinoamericanos Andrea Saldarriaga, “al enfrentar el tema de la deuda y los colaterales atados a la misma, EEUU busca reducir la liquidez tanto del Gobierno de Venezuela como de las personas que son dueñas de algún tipo de deuda de dicho país”.
“Hasta que el régimen de Maduro no restablezca la senda democrática a través de elecciones libres, justas y transparentes, el Gobierno enfrentará al aislamiento de la comunidad internacional”, dijo por su parte el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Grupo de Lima
Catorce países americanos del llamado Grupo de Lima decidieron ayer llamar en consultas a sus embajadores en Venezuela y actuar para bloquear fondos internacionales destinados a Caracas.
“Los países del Grupo de Lima no reconocen la legitimidad del proceso electoral desarrollado en Venezuela que concluyó el pasado 20 de mayo, por no cumplir con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”, señala el comunicado.
El comando de campaña del presidente Maduro afirmó ayer que no le importa que los países del Grupo de Lima desconocieran los resultados de la votación.
“A nosotros no nos importa lo que opinen estos (países), ni siquiera son los pueblos, nosotros somos hermanos de los pueblos de esos países”, dijo el también ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.
“Estamos dispuestos al diálogo con todos los sectores y todos los países, pero que nos impongan algo, olvídense”, advirtió Rodríguez.
Maduro fue reelegido en unos comicios en los que no participó la oposición tradicional. Pero la abstención fue probablemente el mayor triunfador con un 54 por ciento.
En las calles de Caracas y Maracaibo, las dos principales ciudades del país, apenas se sentía el ambiente de unas elecciones presidenciales.
Esa participación del 46 por ciento sería alta en otros países de la región, pero es escasa en Venezuela.
DESCARTAN UN NUEVO DIÁLOGO
“Frente a la propuesta de diálogo (...) no vamos a caer en estrategias dilatorias donde se pretende mantener como un hecho aceptado el fraude”, señaló Omar Barboza, presidente del Parlamento.
En tanto, Henrique Capriles urgió a todos los sectores de la oposición a unirse nuevamente para poder vencer a Maduro. Propuso construir un “plan de gobernabilidad democrática” para “que, de manera definitiva” se “le haga sentir al oficialismo que debe prepararse para abandonar el poder”.
ALIADOS CIERRAN FILAS EN TORNO A NICOLÁS MADURO
Mientras la comunidad internacional rechazaba los resultados de las elecciones, los estrechos aliados del presidente Maduro le expresaron su apoyo.
El Gobierno de Bolivia reconoció como legítimas las elecciones y advirtió de que “la derecha latinoamericana”, al cuestionar los comicios, intenta legitimar una intervención exterior al dictado de EEUU. “El pueblo venezolano soberano, ha triunfado nuevamente ante el golpismo e intervencionismo del imperio norteamericano”, escribió en Twitter el presidente Evo Morales.
El mandatario nicaragüense Daniel Ortega felicitó con todo su “amor y reconocimiento” a su par de Venezuela.
El presidente ruso, Vladimir Putin, tras felicitar a Maduro deseó que se lleve a cabo “un diálogo nacional”, que es del “interés del pueblo venezolano en su conjunto”.
En tanto, Irán pidió a la comunidad internacional respetar el resultado.
ANÁLISIS
Eleazar Narváez Bello. Educador venezolano
La crisis puede alcanzar un carácter explosivo
Un día después del 20-M, conocidos los resultados forjados por el régimen para prolongar la tiranía de Maduro otros seis años, cabe esperar que dos cuestiones absorban la atención de gran parte de los venezolanos. La inquietud, por un lado, acerca de qué será de la vida del país a partir de entonces. Y, sobre todo, la pregunta respecto a qué estamos llamados a hacer ante las graves dificultades que seguramente nos tocará afrontar en unas circunstancias que, sin duda alguna, nos plantearán desafíos más exigentes. Con la permanencia en el poder de Maduro y de los factores que lo han apoyado no es posible abrigar la esperanza de que pueda revertirse la crisis venezolana. Al contrario, ella da pie más bien para sostener que esta tenderá a profundizarse con el riesgo de alcanzar un carácter explosivo.
Luis Vicente León, en su artículo titulado “Lo que viene” (Prodavinci), al referirse a la dimensión económica de la tragedia que hoy padecemos, afirma que esto, lo que la mayoría de la gente percibe como el clímax de la crisis, es apenas el comienzo.