Nicaragua presa otra vez de incertidumbre
Nicaragua vivía ayer un panorama incierto tras la suspensión de un diálogo nacional en busca de salidas a la crisis política que vive el país, mientras estudiantes y pobladores volvieron a las calles a reclamar justicia y democracia en el marco de las protestas que dejan 78 muertos en poco más de un mes.
Las conversaciones entre el Gobierno y la oposición entraron el miércoles en un impasse, luego que la mediación de los obispos católicos no logró acercar las posiciones para avanzar en la discusión, centrada en la propuesta de anticipar las elecciones para acortar el mandato del presidente Daniel Ortega.
El Gobierno reafirmó ayer su disposición a dialogar e insistió en que es “indispensable resolver y acordar la eliminación de todos los tranques” (bloqueos) en las carreteras, evitar “la violencia en todas sus formas y asegurar el derecho al trabajo”, según un comunicado leído por el canciller Denis Moncada.
Tras la suspensión del diálogo, se produjeron ataques de grupos afines a Ortega en las ciudades de León (noroeste), Chinandega (oeste), Juigalpa (centro) y Nueva Segovia (norte).
En la ciudad colonial de León se registraron incidentes violentos anteanoche, que dejaron al menos dos muertos y 54 heridos, 10 de ellos de gravedad, por disparos de armas de fuego, piedras y morteros artesanales y golpes contusos, dijeron familiares y la Cruz Roja.
Uno de los fallecidos, Manuel Chévez, murió por disparo de fusil, según su tía.
La otra víctima fue identificada como Luis Díaz, integrante del grupo de seguidores del Gobierno.
APELAN AL REENCUENTRO
La vicepresidenta del Gobierno de Nicaragua, Rosario Murillo, apeló ayer a la importancia del reencuentro entre los nicaragüenses para alcanzar la reconciliación.
“Ese es el camino que queremos encontrar, el camino del diálogo, el camino del reencuentro sincero, de la disposición a escucharnos, el camino de la reconciliación, el camino bendito de la unidad de las familias nicaragüenses”, indicó Murillo.
A juicio de la también Primera Dama, lo único que los nicaragüenses quieren es “vivir en paz” y “trabajar”.