Trump dice que EEUU no será un campo de refugiados
El presidente de EEUU, Donald Trump, elevó ayer su discurso antiinmigración al asegurar que el país no se convertirá “en un campo de acogida de refugiados” a la par que criticó a Europa, en plena polémica por la separación de menores de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera con México.
“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia”, dijo Trump en un acto en la Casa Blanca.
Ante los dramáticos reportes aparecidos este fin de semana sobre la situación de estos menores alojados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal y, en algunos casos, ubicados dentro de recintos divididos a modo de jaulas, Trump no dudó en señalar la “debilidad” mostrada por la Unión Europea en materia migratoria.
“Un gran error por parte de toda Europa es aceptar a millones de personas que radical y violentamente han cambiado su cultura”, tuiteó Trump.
En concreto, citó el caso de Alemania donde dijo que “el pueblo alemán le está dando la espalda a sus gobernantes debido a que la inmigración está sacudiendo la débil coalición de Berlín”, y agregó que “la criminalidad está subiendo”, pese a que las cifras demuestran que se ha reducido en los últimos años.
En otro mensaje, Trump apuntó que “algunos de los peores criminales” del mundo “usan” a niños inmigrantes para entrar en el país.
“¿Dónde está el clamor por los asesinatos y crímenes causados por pandilleros y matones, incluida la banda MS-13, entrando en nuestro país de manera ilegal?”, se preguntó.
SORPRENDENTE RECHAZO
Sin embargo, el rechazo más sorprendente provino de la propia esposa del mandatario, Melania Trump, quien habitualmente se mantiene alejada de cuestiones políticas.
“La señora (Melania) Trump odia ver a los niños separados de sus familias (...) Ella cree que tenemos que ser un país que siga todas las leyes, pero también un país que gobierne con corazón”, dijo ayer la portavoz de la primera dama, Stephanie Grisham.
En los últimos días, el Ejecutivo ha ofrecido dispares y a veces contradictorias justificaciones sobre la normativa de separación de los menores de sus padres.