Brasil estudia restringir entrada de los inmigrantes venezolanos
Brasil indicó ayer que adoptará medidas para regular el flujo de migrantes en la frontera con Venezuela y evitar el caos generado por la llegada masiva de migrantes.
El presidente brasileño Michel Temer adelantó que podrían “distribuirse números” para limitar el flujo de migrantes en la frontera del estado de Roraima en el norte del país limítrofe con Venezuela.
“La ‘posibilidad de distribución de números’ a la que se refirió el Presidente (...) busca perfeccionar el proceso de atención humanitaria en Roraima, lo que no puede confundirse, bajo ninguna hipótesis, con el cierre a la entrada de venezolanos en Brasil”, informó la presidencia.
Temer había dicho más temprano en una entrevista con Radio Jornal de Pernambuco (noreste) que el Gobierno estudiaba la posibilidad de “distribuir números para que entren 100, 150, 200 por día, para organizar un poco más esa entrada”.
Actualmente, el flujo es de alrededor de 800 personas por día, según datos oficiales.
Las declaraciones llegaron un día después de que Temer autorizara el uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en Roraima, donde la precaria situación de los migrantes venezolanos ha generado tensiones con la población local.
Vecinos de Pacaraima expulsaron el 18 de agosto por la fuerza a unos 1.200 venezolanos que acampaban en las calles de la pequeña ciudad, primer punto de contacto con Brasil en el paso de frontera entre ambos países.
Una fuente del Gobierno dijo que todavía no se tomó ninguna decisión sobre limitar el número diario de entradas.
De acuerdo con la Policía Federal (PF) de Brasil, desde principios de 2015 hasta junio de este año, 56.740 venezolanos solicitaron refugio o residencia en Brasil, aunque es difícil precisar cuántos permanecen en el país.
El aumento del flujo está siendo absorbido principalmente por el estado de Roraima, que reclama un mayor apoyo del Gobierno federal para lidiar con la sobrecarga en sus servicios de salud, de seguridad, y en el mercado de trabajo.
CONVOCAN A SESIÓN EXTRAORDINARIA
La Organización de los Estados Americanos (OEA) convocó ayer a una sesión extraordinaria de su consejo permanente “para considerar la crisis migratoria originada por la situación en Venezuela”, a realizarse el 5 de septiembre en la sede del organismo en Washington.
Según el orden del día publicado, la reunión citada a solicitud del secretario general de la OEA, Luis Almagro, contará con la participación de los Estados miembro, así como de representantes de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
VENEZUELA NIEGA LA CRISIS MIGRATORIA QUE DESBORDA A AMÉRICA LATINA
Se trata de “fake news” (noticias falsas). Así, el Gobierno de Nicolás Maduro negó que haya una crisis humanitaria por la migración que desborda a Latinoamérica y llevó a Brasil a desplazar tropas a la frontera.
El hecho de que haya “venezolanos que se hayan ido a otros países, ha sido usado de manera bárbara, criminal y xenófoba por gobiernos xenofóbicos y racistas”, aseveró ayer el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, al calificar de “fake news” la información que habla de una “crisis humanitaria”.
Prometiendo que un plan económico que puso en vigor el 20 de agosto salvará al país, Maduro invitó a los venezolanos a que regresen al país.
“Les digo a los venezolanos (...) que quieran regresar del esclavismo económico: dejen de lavar pocetas (retretes) en el exterior y vengan a vivir la patria”, dijo Maduro el martes en su primera declaración sobre el tema.
En la mayor crisis migratoria latinoamericana en décadas, miles de venezolanos han huido a Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile y Argentina, ante la falta de comida y medicinas, una hiperinflación que el FMI proyecta en 1.000.000 por ciento para 2018 y sueldos equivalentes a 30 dólares.
La avalancha toca a toda América Latina: en Brasil, Perú y Panamá ha habido brotes xenófobos en la población local que ve amenazados sus empleos y servicios básicos.