Crisis en Venezuela y Nicaragua acelera desunión en Latinoamérica
Los últimos acontecimientos políticos, sociales y económicos en Venezuela y Nicaragua y el cambio de gobiernos en países alineados al “socialismo del Siglo XXI” han acelerado el fin de los frágiles procesos de integración latinoamericana.
Si bien la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) fueron creadas bajo un norte que prometía la integración regional, ahora estos organismos parecen naufragar en las turbulentas aguas del neoliberalismo recalcitrante.
Las políticas aplicadas por los presidentes Nicolás Maduro y Daniel Ortega, de Venezuela y Nicaragua, respectivamente, han contribuido a que varias naciones latinoamericanas muestren su disconformidad y discordias con el ideario lanzado por los fallecidos Hugo Chávez y Fidel Castro.
Los recientes abandonos de Colombia y de Ecuador de la Unasur y de la ALBA, respectivamente, constituyen sendos golpes de gracia a los procesos de integración impulsados por Venezuela, que ya habían debilitado los históricos en marcha, como el Mercosur o la Comunidad Andina (CAN).
Fue precisamente Venezuela quien abandonó la CAN, en abril de 2006, tras el anuncio de Chávez de que el acuerdo regional “está muerto”.
Hugo Chávez ya estaba enfrascado en la creación de la ALBA y de la Unasur, con el claro propósito de crear un bloque entorno suyo lo más numeroso y fiel posible dentro de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde ahora Maduro mantiene a duras penas a su país, con un pie fuera y la constante amenaza de ser expulsado, recuerda Alejandro Varela de la agencia Efe.
Andinos
Venezuela abandonó la CA N también para integrarse en el Mercosur, donde fue arropado por los Gobiernos brasileños de Luiz Inácio Lula da Silva y su sucesora, Dilma Rousseff; y por los de Néstor Kirchner y su sucesora y esposa, Cristina Fernández, en Argentina.
La OEA, el foro más amplio y actualmente polémico por algunos apises, es un buen ejemplo de la marcada división que Venezuela ha generado en el continente con interminables e infructuosos debates en torno a la situación de ese país.
La VIII Cumbre de las Américas, celebrada en abril de este año, fue otro nítido ejemplo; Venezuela, cuya presencia fue vetada por el país anfitrión, Perú, y a pesar de su ausencia fue el asunto protagonista de las discusiones sin una conclusión práctica ni unánime.
Centroamérica
En Centroamérica, la alianza incondicional entre el maltrecho régimen de Daniel Ortega en Nicaragua y el de Maduro en Venezuela, tampoco ayuda a que la integración se haga realidad, según Efe.
En el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), el régimen de Nicaragua, tiene la firme enemistad de Costa Rica y Panamá, países enfrentados asimismo a Venezuela dentro del concierto continental.
La crisis de la emigración de decenas de miles de venezolanos ha puesto en entredicho igualmente no ya la fortaleza, sino la mera existencia de mecanismos de integración regionales. Cada país ha adoptado sus medidas particulares, unas generosas y otras severas, para hacer frente a la entrada a sus respectivos territorios de la avalancha de venezolanos que abandonan su país, reseñó la agencia Efe.
Lo paradójico es que los frustrados procesos de integración impulsados por Venezuela nacieron para combatir otros que nunca fueron una realidad, como el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), y que su principal aliado casual en esa suerte de “desintegración” latinoamericana ha sido el enemigo a batir,
Estados Unidos.
Datos: Agencias e Internet
MÁS VENEZOLANOS RETORNAN A SU PAÍS
Hasta el viernes pasado, un total de 3.500 venezolanos han regresado al país luego de emigrar a diferentes países de Suramérica, informó el viceministro de Comunicación Internacional, William Castillo.
Entrevistado en el programa 360 transmitido por la cadena de televisión Telesur, Castillo precisó que de esos 3.500, 1.300 han regresado por tierra de Brasil, y el resto del vuelo que llegó de Ecuador y los dos de Perú (uno el pasado domingo 2 de septiembre y otro del sábado 8 de septiembre).
ÉXODO DE VENEZOLANOS PONE BAJO PRESIÓN A AL
El éxodo de venezolanos está generando tensiones sociales en los países vecinos y pone en evidencia la falta de coordinación de los gobiernos de América Latina para enfrentar la peor crisis humanitaria regional en tiempos de paz.
Según los datos estadísticos que maneja la ONU, 2,3 millones de venezolanos (7,5 por ciento de la población de 30,6 millones) vive en el exterior, de los cuales 1,6 millones se han ido desde 2015, cuando arreció la crisis.
Alrededor un millón ha migrado hacia Colombia, según el Gobierno de ese país. Perú, Chile, Ecuador y Argentina también están entre los principales destinos.
En Brasil, donde los ingresos se dan principalmente por el paupérrimo estado amazónico de Roraima, más de 50.000 han solicitado refugio político o tramitado pedidos de residencia temporaria.
La falta de coordinación y de recursos para atender a los inmigrantes son los principales problemas apuntados por los expertos.
ANÁLISIS
Orlando Pérez. Analista Político
Ecuador asesta golpe bajo a la integración
La decisión del Gobierno de Ecuador de abandonar la ALBA es “un golpe muy bajo” para todos los gobiernos que forman parte de esta alianza.
La medida realizada por el Gobierno del presidente ecuatoriano Lenín Moreno crea un ambiente hostil hacia todos los procesos de integración autónoma de las hegemonías de la región.
Constituye un golpe muy bajo porque Ecuador plantea de excusa lo que está pasando en Venezuela. Lo que pasa en Venezuela debería motivar a la unión para buscar salidas a la guerra económica que vive ese país. El actual Gobierno de Ecuador ya no es de izquierda y con este hecho ha pasado inevitablemente a identificarse con las políticas de los gobiernos de Colombia, EEUU, Perú y Chile.