Costa oeste de EEUU en alerta por Florence
Una vasta zona de la costa este de EEUU se prepara ayer para el pasaje del huracán Florence, potencialmente devastador, que llevó a las autoridades a ordenar la evacuación de más de un millón de personas.
Los estados de Carolina del Norte y del Sur y Virginia, los más amenazados, fueron declarados en estado de emergencia, así como Maryland y la capital federal Washington DC, ante el riesgo de lluvias torrenciales e inundaciones.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) indicó en su boletín de las 18:00 GMT que Florence se encontraba a 595 kilómetros al suroeste de Bermudas y a 1.360 kilómetros al este-sureste del cabo de Fear, en Carolina del Norte.
Florence continúa arrastrando vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y se espera que “se fortalezca aún más y continúe lentamente esta tendencia de intensificación las próximas 24 horas”.
Más de un millón de residentes de la costa este de EEUU han recibido órdenes de abandonar sus hogares como medida preventiva.
“Esta tormenta va a impactar de manera directa”, dijo ayer Jeff Byard, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), al advertir el potencial de daños masivos, inundaciones, cortes de energía y pérdida de vidas.
Byard instó a los residentes a evacuar, señalando que Florence es “la tormenta más fuerte” en esta zona del país “en décadas”.
El NHC emitió alertas en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia por “marejadas ciclónicas” que pueden provocar aumentos del nivel del agua de entre 60 centímetros y dos metros en algunas zonas.
PREPARADOS PARA LAS CONTINGENCIAS
El estado de emergencia declarado en las zonas afectadas, ratificado por el presidente Donald Trump, permite liberar fondos federales. El mandatario dijo que había hablado con los respectivos gobernadores y que “el gobierno federal está listo para asistir”.
“Esta es una de las peores tormentas que azotará la costa este en muchos años”, tuiteó Trump. “¡Prepárense, tengan cuidado y estén seguros!”, advirtió.
La Armada de EEUU indicó que se preparaba a enviar mar adentro a unos 30 buques estacionados en Virginia.