La UE recrudece presión a Londres para un acuerdo
Los mandatarios europeos apremiaron ayer a la primera ministra británica, Theresa May, a alcanzar un acuerdo de divorcio para octubre, al tiempo que rechazaron sus planes para solventar los principales escollos: la frontera en Irlanda y la futura relación comercial.
May pidió el miércoles durante una cena en Salzburgo flexibilidad a sus socios que, pese a algunos mensajes de mano tendida en la mañana, echaron por tierra sus propuestas conocidas como plan de Chequers tras una reunión sin ella, pero con el negociador europeo Michel Barnier.
“Esto ha sido objeto de consenso. Las propuestas presentadas actualmente no son aceptables, especialmente en el ámbito económico de la futura relación”, aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los mandatarios que se han mostrado más inflexibles con Londres.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró que la propuesta de May de crear una zona de libre comercio de bienes “no funcionará”, ya que “perjudicaría” la indivisibilidad de las cuatro libertades de circulación del mercado único: bienes, servicios, personas y capitales.
Londres defendía este plan como una alternativa para evitar el retorno de una frontera clásica entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, máxime cuando considera que la solución hecha por Bruselas daña la integridad territorial de Reino Unido.
May cedió finalmente a los llamados de sus socios a revisar sus planes y anunció que “en breve” presentará nuevas propuestas para resolver el problema de la frontera en Irlanda y desbloquear así la negociación del “brexit”.
CUENTA REGRESIVA PARA DEJAR LA UE
La cuenta atrás para un acuerdo está así ya en marcha, pese a que Reino Unido se convertirá en el primer país en abandonar el bloque el 29 de marzo. El objetivo de lograr un acuerdo para noviembre, a más tardar, es que la Eurocámara pueda ratificarlo a tiempo.
Los británicos decidieron en 2016 en un referendo, marcado por el rechazo de la migración de europeos a Reino Unido, marcharse del bloque. May reiteró que no se plantea llamar a un segundo referendo, pese a la presión interna.
Los líderes europeos apoyan “casi unánimemente” la celebración de una segunda consulta.