ONU decide sobre reconocimiento de los derechos de los campesinos
Gustavo Capdevila
Los Tiempos, Ginebra
La suerte de una histórica declaración que reconoce los derechos de más de mil millones de campesinos en el mundo se define en la última semana de septiembre, en una votación del Consejo de Derechos Humanos, el máximo órgano en la materia de la ONU.
La elaboración del texto definitivo demandó años de debate de un grupo de trabajo especializado que durante siete años evidenció profundas diferencias entre naciones del sur en desarrollo, favorables a la iniciativa, y las del norte industrial, en este caso con la singular excepción de Suiza.
El documento amalgama reivindicaciones seculares de los campesinos, como el derecho sobre la tierra, con reclamos más actuales como el derecho a las semillas y, en particular, la eliminación de la discriminación contra las campesinas y otras mujeres que trabajan en las áreas rurales.
El sujeto de la Declaración para los Derechos de los Campesinos y Otras Personas Trabajando en las Zonas Rurales es toda persona que se ocupa sola o en comunidad de la producción de agricultura para subsistencia o para el mercado y emplea trabajo familiar.
La descripción abarca a agricultores artesanales o en pequeña escala, a criadores de ganado, pastores, pescadores, guardias forestales, cazadores, recolectores y artesanos vinculados a la agricultura o a otras actividades rurales.
Esa masa, que sumada a sus familiares abarca hasta un tercio de la población mundial, figura en todas las estadísticas como el sector más desprotegido del planeta.
En abril, el grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta (Oeiwg, en inglés), creado en 2012 para redactar el texto en el marco de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, pactó el texto del proyecto de la Declaración.
En esa ocasión, la alta comisionada adjunta de Derechos Humanos, la australiana Kate Gilmore, observó que “aunque los pequeños agricultores suministran una elevada proporción de los alimentos consumidos a nivel local, hasta 80 por ciento en Asia y en África Subsahariana, 80 por ciento de la población mundial que padece hambre vive en zonas rurales”.
“Proteger los derechos de las personas que viven y trabajan en las zonas rurales es proteger la principal fuente de alimentación en todo el mundo”, justificó el encargado de negocios de Bolivia ante la ONU en Ginebra, Ruddy Flores.
SEPTIEMBRE, 28
Derecho a la tierra, a la biodiversidad y la sostenibilidad
La aprobación también significará “proteger la biodiversidad de la que dependen los sistemas alimentarios, los empleos y medios de vida de millones de familias, promover la sostenibilidad ambiental, la resiliencia y adaptación al cambio climático y sobre todo proclamar la igualdad de derechos”, precisó Ruddy Flores
La representación de Bolivia ante la ONU en Ginebra ha liderado los trabajos del OEIWG para consensuar el proyecto, como su presidente-relator y por ello correspondió a Flores presentar el texto al Consejo de Derechos Humanos, cuyo 39 periodo de sesiones comenzó el día 10 y culmina el viernes 28.