California persiste en la lucha contra el fuego a la espera de lluvia
Más de 5.600 bomberos luchan ayer por undécimo día consecutivo contra las llamas en el gigantesco y mortífero incendio que quema el norte de California (EEUU), a la espera de que se cumplan los pronósticos que vaticinan para este miércoles las primeras lluvias desde hace meses.
El bautizado como “Camp Fire” se ha cobrado la vida de por lo menos 76 personas, mientras que otras 1.276 permanecen desaparecidas a causa de una conflagración que ha engullido por completo la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes, y destruido más de 1.200 edificios.
Los bomberos, que en las últimas horas han visto cómo el fuerte viento les dificultaba las tareas de extinción, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca.
Los meteorólogos están “casi seguros” de que ese día habrá precipitaciones en el condado de Butte, donde se desarrolla el incendio, aunque no en una cantidad suficiente como para que haya riesgo de desprendimientos de tierras en la zona arrasada por el fuego.