Macron llama a la “calma”, pero protestas se extienden en Francia
El presidente francés Emmanuel Macron pidió ayer a las fuerzas políticas y sindicales lanzar un “llamado a la calma” para desactivar las protestas antigubernamentales que sacuden al país y que se extienden a otros sectores.
El Gobierno quiere evitar a toda costa que se repitan las escenas de caos del fin de semana pasado, cuando miles de manifestantes tomaron el Arco del Triunfo, montaron barricadas en el corazón de París y prendieron fuego a vehículos, ante la mirada incrédula de residentes y turistas.
“El momento que vivimos ya no es el de la oposición política”, dijo el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, citando a Macron.
“El Presidente pidió a las fuerzas políticas, sindicales y patronales lanzar un llamado claro y explícito a la calma”, agregó el vocero.
“Están en juego la seguridad de los franceses y nuestras instituciones”, abundó el primer ministro, Édouard Philippe, en un discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional.
Francia vive desde hace tres semanas protestas convocadas por un movimiento popular autodenominado “chalecos amarillos”, que empezó como una protesta contra el alza del impuesto a los combustibles y ahora refleja una exasperación social más amplia.
Las protestas comenzaban a extenderse a otros sectores. Varios colegios de secundaria estaban bloqueados ayer, por tercer día consecutivo de una movilización en contra de la reforma educativa del Gobierno, y los sindicatos estudiantiles llamaron a intensificar las huelgas hoy.
Los agricultores se sumaron también al desconecto social. El principal sindicato agrícola del país anunció una serie de huelgas la próxima semana en todo el territorio.
¿Nuevas concesiones?
Es la primera vez que Macron, un exbanquero de inversiones de 40 años, que fue elegido en mayo 2017 con la promesa de “transformar” Francia, da marcha atrás en su ambicioso plan de reformas ante la presión de las calles.
Francia eliminó todas las subidas del impuesto a los carburantes previstas para el año 2019, afirmó ayer el ministro de Ecología François de Rugy.
Las subidas del impuesto a los carburantes prevista a partir del 1 de enero son “anuladas para el año 2019” en su totalidad, dijo François de Rugy a la cadena de televisión BFM TV.
Pero estas medidas parecían ser insuficientes para la mayoría de manifestantes. Sólo dos depósitos de carburantes fueron desbloqueados tras los anuncios y las convocatorias a salir a las calles el sábado seguían en pie.
Al término de la sesión de debate, se sometió a votación la gestión gubernamental, que fue aprobada por mayoría absoluta, con 358 sufragios de los diputados de La República en Marcha (LREM) y sus socios centristas, frente a 194 votos en contra.
El Ejecutivo quiere emprender en los próximos meses un debate nacional en torno al ritmo de la transición ecológica, la necesidad de alternativas al trayecto de casa al trabajo y la bajada de los impuestos.
3 semanas de protestas se registran en Francia, manifestaciones que son encabezadas por los denominados “chalecos amarillos”.
CRÍTICAS AL SILENCIO PRESIDENCIAL
“El verdadero responsable está en el Elíseo. Es él quien, llegado el momento, deberá rendir cuentas ante los franceses”, apuntó ayer el jefe de filas del grupo conservador Los Republicanos, Christian Jacob, que criticó el actual mutismo del presidente Macron, y que este haya dejado en manos de Philippe las explicaciones.
CHALECOS AMARILLOS: ODIO AL “REY” ENMANUEL MACRON
“Macron es un niño al que siempre le han dicho ‘que es el mejor’. ¡El tipo cree que es Dios!”, afirma indignado Claudio, un albañil de 47 años y padre de cuatro hijos, de pie junto a una pila de paletas en llamas fuera del depósito de combustibles de Le Mans.
Como muchos de los manifestantes, Claudio -que se niega a dar su apellido- compara la explosión de cólera que vive Francia con la Revolución Francesa de 1789. “Merece que le corten la cabeza, simbólicamente, claro”, añade.
El alza de los gravámenes a los carburantes, el aumento de los impuestos y la pérdida del poder adquisitivo hacen parte de la larga lista de dolencias de los “chalecos amarillos”.
Pero, el blanco principal de este movimiento -en el que según una encuesta hay una fuerte representación de electores de la líder de extrema derecha Marine Le Pen y del de la extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon-, parece ser el propio Presidente.