Partido Podemos español sufre dura división interna en sus filas políticas
A poco más de cuatro meses de las elecciones, los principales referentes del partido progresista español Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, rompieron su relación política a través de dos comunicados que desnudaron, una vez más la creciente tensión interna entre ellos.
El primero que hizo un anuncio fue Errejón, el politólogo de 35 años que en mayo pasado ganó las primarias del partido con un 98 por ciento de los votos para ser el candidato de Podemos en la Comunidad de Madrid en las próximas elecciones municipales y autonómicas. “La democracia es un gran regalo colectivo y por eso mismo, a veces, como pasa con todas las relaciones humanas, hay que cuidarla y comprometerse con ella. (…) Para ello hay que abrir y sumar yendo más allá de las siglas: las fuerzas políticas del cambio son necesarias, la ciudadanía y su creatividad son imprescindibles”, escribió Errejón en una carta difundida en sus redes sociales que firmó junto a la alcaldesa de Madrid y aliada de Podemos, Manuela Carmena.
Podemos ha acabado por morir de éxito. El éxito de la pareja rota y sus compañeros de aventura —hoy todos fuera de juego— fue inapelable e inesperado. Pusieron en jaque al sistema político español, y en guardia frontal a todas las élites: políticas, económicas, financieras y periodísticas.
Marcaron la agenda política. Fueron combatidos con todas las armas al alcance de la política convencional, y ellos a su vez se defendieron usando la épica, la televisión y las redes. Una estrategia de combate de la nueva política que ahora heredan otros en el espectro opuesto del tablero ideológico. Primero conquistaron las alcaldías de las capitales más importantes de España. Después, en sus primeras elecciones generales, lograron más de cinco millones de votos y 69 escaños.