Sao Paulo y Río siguen a Bolsonaro y amenazan al crimen
Los gobernadores de Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de las grandes metrópolis de Brasil, siguen los pasos del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en materia de seguridad pública y amenazan con mano de hierro la delincuencia de un país acechado por la violencia.
Con un lenguaje directo y alejado de lo “políticamente correcto”, Joao Doria, mandatario de Sao Paulo, y Wilson Witzel, el juez que gobierna en Río de Janeiro desde enero, han prometido no dar tregua a los “bandidos” durante su gestión.
“Si el bandido reacciona no va a la comisaría o a la prisión; va al cementerio”, ha reiterado Doria, un rico empresario y exalcalde de la capital paulista.
Doria, novato en la política, ha endurecido su tono y ha dado un paso más a la derecha en las filas del Partido Social de la Democracia Brasileña (PSDB, centro), al cual se afilió hace pocos años para pelear por la alcaldía de la mayor ciudad de Brasil.
“La Policía va a disparar para matar”, dijo durante la campaña electoral, en un discurso similar al empleado por el gobernador de Río de Janeiro. La guerra entre grupos criminales rivales y grupos parapoliciales y la violencia policial han sumido a Río de Janeiro en una grave crisis de seguridad pública.
JAIR BOLSONARO VIAJA A DAVOS
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viajó a Davos para asistir al Foro Económico Mundial, su primera cita internacional como gobernante, en medio de una creciente polémica por manejos bancarios “sospechosos” de su hijo mayor Flávio, según nuevas revelaciones.
Según la Agencia Brasil, Bolsonaro también podría participar en un panel sobre la crisis en Venezuela.