Las donaciones para Notre Dame desatan polémica
Frente a la vertiginosa afluencia de donaciones para la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, devastada por un incendio, se han alzado algunas voces que denuncian una generosidad selectiva, en una Francia sacudida desde hace meses por la crisis de los “chalecos amarillos”.
“Si son capaces de dar decenas de millones para reconstruir Notre Dame, que dejen de decirnos que no hay dinero para satisfacer la emergencia social”, denunció Philippe Martinez, secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos franceses.
Grandes firmas francesas han sacado sus chequeras para financiar la renovación de Notre Dame, cuyo techo y aguja se derrumbaron. Hasta ahora se han reunido más de 800 millones de euros en donaciones.
Entre las donaciones anunciadas por grandes fortunas francesas, destacó la de la familia de Bernard Arnault, propietario del grupo de productos de lujo LVMH, que prometió 200 millones de euros. La familia Bettencourt, heredera de L’Oréal, anunció una donación de 200 millones de euros, cien a través de la compañía y cien a través de su fundación.
Ingrid Levavasseur, una de las figuras de los “chalecos amarillos”, un colectivo que protesta contra la política fiscal y social del Gobierno desde hace cinco meses, denunció “la inercia de los grandes grupos frente a la miseria social, al tiempo que demostraron su capacidad de movilizar en una sola noche ‘una suma increíble’ para Notre Dame”.