Legislativas argentinas dejan un Congreso polarizado
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, encarará un Congreso con fuerte paridad entre el oficialismo y la principal oposición, tras las elecciones legislativas del domingo, en las que irrumpió en la escena política el libertario Javier Milei.
La coalición gobernante Frente de Todos (peronismo de centro-izquierda) tuvo una remontada en varios distritos respecto del revés en las primarias de septiembre, pero no le alcanzó para conservar la mayoría simple en el Senado (37 de 72 senadores), al perder seis de las 41 bancas que tenía.
No obstante se mantuvo como primera minoría en ambas cámaras, desafiando las aspiración de Juntos, la coalición de centro-derecha liderada por el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), con la que había anticipado que reclamaría la presidencia en la Cámara Baja.
El conteo oficial no contempla datos totales nacionales ya que la elección es por distrito. La renovación de la mitad de la Cámara de Diputados abarcó todo el país, mientras que los comicios para renovar un tercio de los 72 escaños del Senado se desarrollaron en ocho provincias.
El Gobierno tendrá un bloque de 35 senadores y Juntos de 31, mientras los otros seis responden a diferentes fuerzas provinciales con las que el gobierno deberá buscar alianzas.
Según las proyecciones, el 10 de diciembre cuando asuma el nuevo Congreso, la Cámara de Diputados quedará polarizada entre el bloque del Frente de Todos, con 118 escaños, y el de Juntos, con 116 bancas.
El resto se dividirá en grupos minoritarios como el Peronismo Federal (seis diputados), los ultraliberales (5) y la izquierda clasista (4), entre otros.
La novedad en Buenos Aires, la ciudad más rica del país, con 2,8 millones de habitantes, fue la irrupción de Milei, un ultraliberal de 51 años cuya imagen creció como un dirigente iconoclasta de discurso antipolítica, que obtuvo 17 por ciento de los votos.
Junto a su aliado, el economista José Luis Espert que sumó 7,5 por ciento en la provincia de Buenos Aires, Alianza Libertad contará con un bloque de cinco diputados.
“Milei es un transgresor que apunta a la transgresión de la juventud pero va a ser como un amor de verano. En cambio Espert es otra cosa, es serio y pensante”, dijo a la AFP el consultor político Raúl Aragón.
Fernández llama a “festejar el triunfo”
Los resultados de las elecciones legislativas, a pesar de la derrota, le dieron al Gobierno un aire de triunfalismo que utilizará para relanzar la gestión y levantar la figura de Alberto Fernández.
El primer paso para concretarlo será la marcha que la CGT organizó para mañana con la excusa del Día de la Militancia.
El Presidente aseguró que esa movilización serviría para “festejar la victoria” conseguida el domingo en las elecciones regionales.
"Alguien debe avisarle a Fernández que perdió"
Ricardo Kirschbaum
El oficialismo perdió pero intenta simular que no ha pasado nada. Se entiende: esperaba una paliza electoral y sólo fue una derrota importante que no pudo evitar, a pesar de la inmensa —y obscena— utilización de los dineros públicos y del aparato estatal en su propio beneficio.
Y esa derrota tuvo, en primer lugar, una consecuencia importante que repercutirá en el Congreso como en la relación de fuerzas del Frente de Todos. Por primera vez desde 1983, el peronismo ha perdido el control de quórum en el Senado Nacional. No podrá imponer nada por sí mismo.
Ahora dependerá de la negociación con aliados o con la oposición para avanzar en temas clave, como lo es, por ejemplo, el nombramiento del quinto integrante de la Corte Suprema y otros de igual envergadura.
Cristina Kirchner preside el Senado como vicepresidenta y había hecho del cuerpo y de la provincia de Buenos Aires sus dos bastiones. En ambos casos ha perdido, aunque el cotillón del relato pretenda confundir.
En la Cámara alta creció la oposición hasta casi emparejar en número al bloque de senadores peronistas. Con otro ingrediente: quienes llegan no pertenecen al kirchnerismo obediente al verticalismo de Cristina.