El túnel de El Abra
A la ya larga lista de grandes obras públicas inconclusas que aumentan la frustración de la ciudadanía que con justa razón se siente engañada, se ha sumado el túnel de El Abra que, como otros casos similares, no deja de absorber cada vez más dinero para hacer reparaciones.
Ahora, un año después de su inauguración, y aunque aún no ha sido puesto en uso, se ha informado que se requiere 6,7 millones de bolivianos adicionales para corregir fallas en el talud norte, para hacer drenajes y evitar filtraciones.
Tan malas noticias no llegan solas sino aparejadas de las que dan cuenta de irregularidades en el proceso de contratación. Se ha informado que la empresa que se hizo cargo de la obra habría falsificado documentos para adjudicarse por 68,9 millones de bolivianos y que con la devolución de 10 millones del anticipo se resolvió el contrato, a pesar de eso la anterior gestión municipal no tomó ninguna medida en defensa de los intereses colectivos.
Lo más grave, lo que da cabal cuenta de la magnitud de los perjuicios que ocasiona esa manera de actuar, es que la obra fue entregada por el presidente Evo Morales en diciembre del 2014, pero el túnel no fue habilitado para su normal uso por la pésima manera como el proyecto fue concebido y ejecutado.
El resultado, como no podía ser de otra manera, es que hubo muy pocos personajes beneficiados, entre quienes otorgaron la adjudicación y quienes la recibieron, y muchísimas las personas perjudicadas por no poder utilizar tan importante vía de comunicación.