El tiempo de la sinrazón
Para rematar esta situación de desconcierto, la Alcaldía ha denunciado que estaría en marcha una campaña para desestabilizar a las autoridades departamentales y municipales que no son del partido de gobierno
A momentos, parecería que se ha desatado un proceso de trastoque de conceptos, valores, principios que tiene en vilo a la población, que asiste asombrada e impotente a un espectáculo grotesco en el que la mentira y las medias verdades han sentado sus bases. Para peor, quienes pretenden recuperar el marco de una pacífica y civilizada convivencia ciudadana, de inmediato son descalificados y amenazados, creando un círculo vicioso del que, debemos estar seguros, nos costará salir.
Lo que se señala no sólo afecta al complejo mundo de la política nacional pues, como lamentablemente se previó, esta perversa metodología de hacer política parece haber sido asumida en todos los niveles.
En Cochabamba tenemos varios ejemplos. Uno es el de la propuesta de construir el estadio de fútbol “El Batán” sin justificativo alguno, pues se trata de un proyecto sobredimensionado, exageradamente caro y que dañaría aún más al medio ambiente de nuestra ya contaminada ciudad. Pese a ello, el Colegio de Arquitectos le ha dado un importante aval, no sólo porque se prestó a patrocinar un concurso de proyectos, sino que el que fue premiado ni siquiera cumplía los requisitos exigidos por la FIFA para este tipo de construcciones, como denunciaron las propias autoridades gubernamentales.
Otro, la adjudicación de la construcción del tren metropolitano por un monto de 504 millones de dólares a una empresa española que no tiene experiencia en este rubro y a la que, además, se le dio un plazo adicional para presentar el proyecto definitivo, el mismo que, empero, aún no es aprobado por las autoridades del Gobierno central. Y como en el caso de “El Batán”, en el intento de paliar las críticas a la propuesta española, ésta fue sometida a revisión de la Sociedad de Ingenieros que han dado su aval recomendando algunas modificaciones más de forma que de profundidad, con el argumento de que no ingresaban en otros aspectos del proyecto integral porque sólo se les pidió revisar la propuesta.
Ahora, la Cámara de la Construcción emite un pronunciamiento de respaldo a la empresa que construyó el paso a desnivel de la Av. 6 de Agosto de nuestra ciudad, que colapsó a ocho meses de su inauguración, pues la Contraloría General del Estado dictaminó su culpabilidad por el desastre. Según representantes de la empresa, la responsabilidad del colapso recae en los técnicos de la Alcaldía que diseñaron la obra, pues ellos siguieron escrupulosamente las indicaciones. Por ello, han decidido enjuiciar a la Alcaldía y a la Contraloría por daños que les ocasionan, y consultados sobre si incluían en la demanda al exalcalde, en cuya gestión se les adjudicó la obra, respondieron que no lo hacían “por razones de ética”.
Para rematar esta situación de desconcierto, ayer, la Alcaldía ha denunciado que estaría en marcha una campaña impulsada por el oficialismo para desestabilizar a las autoridades departamentales y municipales que no son del partido de gobierno.
Mientras tanto, como señalamos, la población asiste frustrada a este concurso de necedades, mentiras y desaciertos, que puede conducir a una virtual paralización de la administración estatal.