Venganza o capitalismo
Sólo las inversiones realizadas en Beni deben recuperarse con el incremento. Las otras las paga el Estado. ¿Será que el resultado del referendo es la causa de tan insolidaria decisión?
Mientras el país está distraído con problemas de alcoba que se traslada a la economía nacional en la forma de supuesto tráfico de influencias y resta credibilidad de autoridades, pone en tela de juicio el prestigio de otras que salen a defender lo que no les compete en la dignidad de su cargo, hay una serie de decisiones que afectan la tranquilidad de ciudadanos que creyeron en promesas de mejor calidad de vida.
Eso sucede en la ciudad de Trinidad donde desde hace unos años la Empresa Nacional de Electricidad se hizo cargo de la distribución de energía para suplir la deficiente gestión de la cooperativa que tenía a su cargo ese servicio. No se puede negar que hay inversión, que se mejoró el sistema de distribución e inclusive se genera energía para poblaciones cercanas.
Se gestó el proyecto de interconexión con el sistema nacional, aunque hasta ahora no se sabe, a ciencia cierta, si llega o no la energía ya que se instalaron motores a diésel en la planta generadora de la ciudad. A eso se sumó el anuncio de que los trinitarios, mojeños, parte de la provincia Ballivián, serían beneficiados con la tarifa plana. Un logro para la región que podría ser competitiva, por ejemplo, en la transformación de la carne al liberarse de un escollo como el coste del kilovatio hora.
La alegría para los pueblos pobres, para los atrasados, sea en la época de los “vende patria” o en la de los plurinacional, es efímera. ENDE se dio modo de hacer lo que mejor le conviene como empresa, al margen de lo que prometió el Presidente y de lo que está en la Constitución. Amparado en una resolución de la Autoridad de Fiscalización respectiva, que no fue publicada en medios locales, subió el costo del kilovatio; con lo que todo lo anterior es un engaño con grave daño a la economía y a quienes invirtieron para mejorar su negocio.
Mientras eso sucede en el Beni, el presidente ejecutivo de ENDE, Eduardo Paz, informaba que se hicieron fuertes inversiones para que entre en operación la Planta Termoeléctrica de Warnes, que se construyeron 487 kilómetros de líneas de transmisión entre Cochabamba y La Paz, Sacaba, Paracaya y Qollpana. Mas no se anuncia que habrá un reajuste del precio del kilovatio/hora para los clientes.
Es decir, que sólo las inversiones realizadas en Beni son las que deben recuperarse con el incremento. Las otras las paga el Estado. ¿Será que el resultado del referendo reciente es la causa de tan insolidaria decisión? ¿O será que la política de los ejecutivos es de capitalismo salvaje con los más desposeídos?
No es justo, no es racional, que haya dos formas de tratamiento diametralmente opuesto en una sola área como es la generación y distribución de energía, además en nuestro caso luego de que se haya fijado la tarifa plana que es un derecho de todos los bolivianos, pues de una u otra forma los que recién tenemos acceso a ella hicimos posible que los otros compatriotas la gocen desde hace muchos años atrás.
La iniciativa del Gobernador de convocar a los ejecutivos de ENDE para que expliquen el porqué de su trato discriminatorio, de su posición capitalista en grado superlativo, no es suficiente. Lo que compete es la revocatoria de esa medida en defensa de la economía local, de las propias instituciones estatales.
Ahora si esa gestión de la principal autoridad no es atendida, sólo queda la toma de decisiones de la ciudadanía que tan solo tiene la desobediencia a una medida que viola la Constitución; pues nos discrimina y por tanto no debemos pagar nada más de lo que cuesta el kilovatio/hora en La Paz, Santa Cruz o El Chapare.
El autor es periodista.
Columnas de JORGE MELGAR RIOJA