Miente y sufrirás
Cuando el MAS aprobó la nueva Constitución impuso, por propia iniciativa, que los principios éticos morales de la sociedad incaica se incorporen en la misma, así que por imperativo del Art. 8 de la Carta Magna el cumplimiento es obligatorio. Por tanto, ningún boliviano puede ser flojo, ladrón ni mentiroso. Peor si ese ciudadano es autoridad, al incumplir esos principios viola la Constitución, es decir, puede ser juzgado y apartado de su cargo.
Refresco su memoria sobre el tema porque en el bullado caso de supuesto tráfico de influencias han salido a la luz pública temas de índole privado que han tocado lo público, y en ese ámbito han aparecido una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad de lo expresado en defensa o ataque de los sujetos involucrados. Se estaría violando la Constitución y de comprobarse aquello lo que corresponde no sólo es pedir renuncias, sino aplicar la ley. Así no haya delito económico.
Las autoridades que han asumido la defensa del Presidente deberán medir lo que dicen, evaluar los argumentos que exponen y –sobre todo– ser coherentes con las acciones que ordenan se ejecuten, pues ellas deben ser aplicadas con el mismo rigor para ambas partes.
En esto del supuesto tráfico de influencias tenemos una serie de contradicciones que llevan al ciudadano común a pensar que se miente, que hay una mancha oscura creada para distraer. Mas a medida que pasa el tiempo la duda razonable se fortalece por lo que dicen las autoridades, no la oposición ni representantes de potencias extranjeras.
A la señora Zapata se la detiene por una acusación y en el transcurso del proceso de investigación se le suma otros supuestos delitos. Como su carné de identidad donde dice que es abogada, se la imputa por falsedad material e ideológica y por el ejercicio ilegal de la profesión. Pero hay un documento igual del Vicepresidente de la República donde figura que es licenciado en Matemáticas, y no pasa nada aunque todos saben que no ostenta ese grado académico.
Se conformó una comisión de la Asamblea Legislativa Plurinacional para investigar el tráfico de influencias, pero hasta ahora no han declarado los supuestos traficantes. Ni se conoce que haya la intención de llevarlos al seno de la misma, para escuchar lo que unos y otros dicen tener como pruebas. ¿Por qué? Y la gente piensa que se quiere ocultar la verdad, lo que es una mentira al ciudadano.
La detenida denuncia que se la intentó agredir en el penal, que no se le permite la entrega de medicamentos y solicita acceso a la prensa. La respuesta, silencio. Sin embargo, las presas que se sintieron agraviadas con la denuncia, niegan la acusación a través de los medios de comunicación. Por qué ese trato diferenciado.
El ciudadano de a pie piensa que se le está mintiendo, se le está negando información. Y con ello el MAS pierde credibilidad, en especial el presidente Morales.
La Sra. Zapata a través de su abogado presenta cartas, lo que ellos consideran pruebas que involucran a terceros. La respuesta son amenazas contra el profesional. Y la gente piensa que ese ejercicio abusivo del poder es para ocultar algo, que en esto del tráfico de influencias hay mucha verdad oculta. Su desconfianza en el entramado del poder crece. Y el MAS pierde en su núcleo que sin ser militante apasionado votó por esa opción en los diferentes procesos electorales.
La mentira más que la corrupción económica le pasará factura a los gobernantes y saldrán menos dañados aquellos ministros, funcionarios, que mantuvieron prudente distancia de este escándalo que en otros países ya hubiese cobrado la renuncia de muchos.
El autor es periodista.
Columnas de JORGE MELGAR RIOJA