Bolivia y la Copa Centenario
Muchos países que participarán en este evento, no estuvieron presentes en la primera versión de la Copa América o “Campeonato Sudamericano de Selecciones”, que se disputó en Buenos Aires, República Argentina, entre el 2 y el 17 de julio de 1916.
Es a partir de 1929 que Bolivia se hace presente en un campeonato de esta naturaleza con una selección como se decía en aquellos tiempos de jugadores “amateurs” o aficionados, o sea no profesionales, y esto debido a que recién cuatro años antes se había organizado, en la ciudad de Cochabamba, el 12 de septiembre de 1925, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), reconociéndose, en esta oportunidad, como sede oficial a la ciudad de Cochabamba y adoptando como colores de la selección boliviana el blanco y negro, de acuerdo con sus estatutos aprobados en esa ocasión. Es recién en 1968, contraviniendo a los estatutos de la FBF, que se impone la camiseta verde y el pantaloncillo blanco.
Muchos se preguntarán cuál la razón para que se cambien los colores que representaban a la FBF. ¿Será porque eran similares a las adoptadas por la Asociación de Fútbol de Cochabamba, eterno campeón de las competencias nacionales?
¿Por qué la FBF eligió los colores blanco y negro? Una razón podría ser el hecho de que en todas las escuelas y colegios de Bolivia se utilizaba como uniforme deportivo la camiseta blanca y el pantaloncillo negro, que nada tenía que ver con el verde y blanco.
Pero lo más inusual es que ni siquiera el blanco y negro quedaron como los colores alternos de la selección boliviana.
Lo que sugerimos es que en reconocimiento a que la selección boliviana, en su primera presentación en un campeonato sudamericano, participó con la camiseta o polera blanca y el pantaloncillo negro, sean estos los que utilice la selección boliviana en su participación en la Copa Centenario, así como lo harán todas las otras selecciones, participando con sus colores originales, que no las han cambiado en estos 100 años, salvo Bolivia.
Seriamos, en Sudamérica, los únicos albos, al igual que la selección de Alemania, y no los verdes que nunca maduran.
El autor es historiador.
Columnas de JORGE RODRÍGUEZ FLORES