Día de las Fuerzas Armadas
Antes que educación ideológica, lo que corresponde es profesionalizar a las FFAA de manera que se constituyan en una entidad eficiente, transparente y con capacidad de cumplir la misión constitucional encomendada.
Como estaba programado, la tradicional “parada militar” que en la celebración de su día realizan los efectivos de las de las tres ramas de las Fuerzas Armadas (FFAA) se ha realizado en Santa Cruz de la Sierra y ha contado con la participación de las principales autoridades del país y amplios sectores de la ciudadanía.
La retórica utilizada ha sido similar a la de los años anteriores, adobada, esta vez, por el inicio de actividades de la Escuela Antiimperialista de las FFAA Juan José Torres, que deben cursar quienes aspiran a ascender en la carrera militar.
Ya hemos hecho referencia a que la esencia militar es similar en todo tiempo y bajo cualquier gestión político-ideológica. Las FFAA están para defender al Gobierno en funciones en tiempos de democracia y para reproducirse en el poder cuando, asumiendo un virtual papel de partido político, se hacen del poder. Nuestra historia es muy ilustrativa al respecto, la que, sin embargo, pareciera que no quieren conocer ni reconocer los actuales inquilinos de la administración estatal.
En el caso boliviano, las FFAA tienen, de acuerdo a la Constitución Política del Estado (CPE), la “misión fundamental” de “defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país”, misión que, felizmente, no ha tenido que ser puesta a prueba.
Es que, más allá del discurso, las FFAA están viviendo una profunda y poco conocida crisis estructural debido a que desde que se recuperó la democracia (para lo cual ellas debieron retirarse previamente a sus cuarteles) los sucesivos Gobiernos, incluido el actual, no han sido capaces de formular el papel que las FFAA deben cumplir en un sistema democrático y se ha mantenido, incluso en la reforma constitucional, la formulación normativa tradicional. Esta situación permite que las FFAA puedan ser peligrosamente instrumentalizadas por el Órgano Ejecutivo del país. Pruebas al canto, basta observar el comportamiento del Ministro del área desde el referendo del 21 de febrero, la elaboración de un “himno” al Presidente del Estado y las sucesivas denuncias de corrupción que se han hecho sin que haya autoridad alguna que las procese adecuadamente. La situación llega a extremos, como cuando los ejercicios militares que se realizaron en el trópico cochabambino la semana pasada comenzaron con un considerable retraso.
Esa realidad es, hay que insistir, altamente peligrosa, peor aún cuando han resurgido voces desde dentro de la entidad como desde el Gobierno acusando a quienes la critican de ser traidores a la patria, acusación similar a la que se lanzaba en épocas de dictadura.
Por ello, antes que educación ideológica (que, por lo demás, ya se ha dado en el país sin buenos resultados), lo que corresponde es profesionalizar a las FFAA de manera que se constituyan en una entidad eficiente, transparente y con capacidad de cumplir la misión constitucional encomendada.
Ese es el mejor homenaje que se puede dar a las FFAA.