Abogados constitucionalistas en congreso
No se enteraron de que la CPE salió de un cuartel militar, a deshoras de la noche, manchada de sangre y maldecida (por los deudos). Es un texto ilegal mañosamente legitimado por un referendo
Afines de la última semana de julio se realizó en Cochabamba el III Congreso de Derecho Constitucional. Doce expertos de diversos países fueron de la partida, pero entre la muchedumbre de asistente no estaban --ni como convidados de piedra-- las autoridades judiciales. Ha debido causar extrañeza, pero desde hace un decenio hay un ente llamado Estado Plurinacional, con el monopolio del poder concentrado en una sola persona donde, obviamente, no existe el Órgano Judicial; ningún otro órgano tampoco. Sólo el Ejecutivo ejecuta todo. Ése es el país que visitaron los especialistas.
Por eso no les interesó. Ellos tienen su propia justicia comunitaria, en consonancia con los usos y costumbres de hace más de 500 años. Sin pactos de no agresión, coexisten dos tipos de justicias: aquella de los abogados, y la de los yatiris plurinacionales. La primera se halla en receso con la república, y la otra funciona en territorios soberanos como Uncía, con su práctica de linchamiento y su silencio. Y con una ventaja adicional: no hay consorcio de jueces corruptos ni extorsionadores masistas.
A su turno y en diversas circunstancias han manifestado los expertos sus opiniones, con esa ambigüedad que obliga la cortesía diplomática, pero que dejan leer entrelíneas lo que no está escrito. He aquí algunas de ellas: La directora del Programa de Estado de Derecho, Marie Christine Fuchs, dijo que la CPE de Bolivia “tiene características muy especiales”. No se equivocó: es farragoso, ambiguo y contradictorio. Muchos de sus preceptos son sólo para los opositores. Su vigencia es parcial: cuando no condice con las decisiones del monarca andino, se la ignora. Y a llorar al río después, como sugería el mariscal de la Calancha.
Al señor Leyes, que es abogado, le llegó la noticia de que la Constitución boliviana “se estudia en varias partes del mundo”. Es de creerlo, ¡cómo no! Cuando la elección de los jueces se dijo que todo el planeta tierra tenía la mirada puesta en Bolivia. Claro, para aprender en experiencia ajena lo que no debe hacerse nunca. Otro distinguido jurista, José Antonio Rivera, dijo que la CPE tiene un “diseño muy avanzado”, pero que no se aplica porque existe “lamentablemente, la tendencia a no cumplir los mandatos constitucionales”. Ni puede ser de otra suerte, doctor, atento a que en Bolivia impera en su forma más brutal y sin tapujos la anomia social.
¿Cuánta información se proporcionó a los ilustres visitantes? Un dossier con material específico les hubiera sido muy útil. No se enteraron de que la CPE salió de un cuartel militar, a deshoras de la noche, manchada de sangre y maldecida (por los deudos). Es un texto ilegal mañosamente legitimado por un referendo. En opinión popular es una Constitución “chuta”. Su recorrido borrascoso explica muchas cosas.
Total, nos quedamos sin la una ni la otra. Y en vista de que la justicia Ordinaria está más ordinaria que nunca, a los bolivianos de a pie sólo nos queda clamar al cielo, por la justicia divina.
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia.
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