No tienen mártires, tienen clientes
¿De dónde salen los fondos? ¿Cómo se aprueba el presupuesto de este programa que financia el TGN y que siempre tiene muchos recursos?
¿Por qué Evo Morales entregaba dos volquetas y una ambulancia al Sindicato Mixto de Trabajadores de Colquiri el 29 de agosto en Palacio de Gobierno, en pleno conflicto con los cooperativistas y cuando a los discapacitados se les negó hasta un vaso de agua?
Porque el Gobierno de los movimientos sociales ha ejercido el clientelismo más audaz y nefasto de toda la historia nacional desde el comienzo del mutualismo y del sindicalismo ya centenario. Ese mismo día, el reelegido máximo dirigente de la Federación cocalera de Cochabamba aprobó -dice la nota oficia-- el Estatuto de los sindicalistas de la minería estatal. ¡Qué tiene que ver el cargo de Presidente de la República con la aprobación de un estatuto de obreros, entregado en hall oficial!
Es que toda la institucionalidad boliviana está hecha trizas y la concentración del poder político y económico en una sola persona --casi monárquica, fuertemente mesiánica-- y un grupo de cortesanos precipita a la nación a un futuro oscurísimo.
Según el parte oficial, la compra fue realizada dentro del programa “Bolivia cambia, Evo cumple” a un costo de Bs 963.000, aunque el Ministerio de Comunicación informó que era “donación china” (¿?). Les pidió no usar las volquetas para llevar dinamita o a bloqueadores. Poco después el ministro de Minería, César Navarro, confesaba los millones de bolivianos en regalos que se dio a los cooperativistas (cuando eran aliados).
¿De dónde salen los fondos? ¿Cómo se aprueba el presupuesto de este programa que financia el TGN y que siempre tiene muchos recursos, mientras los municipios rurales están sin dinero? ¿Cómo se realizan las licitaciones? ¿Quién firma los cheques oficiales?
Días antes, con olvido similar al de su celular, el ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, no recordaba qué regaló al canal oficialista Abya Yala, cuya propiedad privada es igualmente ambigua. ¿Quién o quiénes y por qué aprobaron una legislación que permite manejar los decomisos aduaneros desde Palacio y a favor de los amigos? Dicen los más entendidos que el verdadero nudo del caso Zapata es éste, la triangulación: decomiso-ministerio-clientes.
El descalabro del Fondo Indígena fue tan grotesco que rebalsó a los propios actores, los que permitieron que tanto dinero se “chauchite” y los clientes que a veces obedecieron y a veces no. El resultado es el deterioro difícilmente reversible del sindicalismo campesino de tierras bajas que tanto costó levantar.
Larga lista podría seguir, no de mártires, de aliados fieles mientras hay platita, sólo eso.
La autora es periodista.
Columnas de LUPE CAJÍAS