Una verdad
Quienes desean que la realidad no sea como es respecto a lo que decidió el pueblo boliviano en el referendo convocado para modificar la Constitución y permitir una nueva postulación del binomio Morales-García a la presidencia y vicepresidencia, respectivamente, tienen una estrategia para convencernos que ese resultado es fruto de la mentira, de una mentira que fue reconocida como verdad cuando se afirmó que hubo un hecho que desencadenó una historia que bien merece un estudio en las carreras de comunicación y de propaganda política.
De acuerdo a quienes sostienen esa tesis los bolivianos que votaron por el NO lo hicieron sin el uso adecuado de sus cualidades mentales. Eso es menospreciar la capacidad de análisis del boliviano que en muchas oportunidades demostró que es capaz de discernir, de entender el sistema electoral, la forma de votación. ¿O acaso no se recuerda cómo actuó cuando se implementó la papeleta multicolor y multisigno, o cuando se incorporó las circunscripciones uninominales. O su capacidad de entender los momentos políticos?
El ciudadano boliviano no votó en contra de Morales el 21 de febrero del año pasado. Votó por mantener el espíritu de la Constitución que es la alternancia en el poder. No quiere la continuidad como es en otras democracias. Ésa es una verdad que ninguna mentira mancha.
Si eso no se entiende y se va contra la voluntad ciudadana el resultado no será el esperado, como no lo fue el día ya mencionado.
El 21 de febrero del 2016 no ganó la oposición. ¿Cuál oposición? Es imposible que haya triunfado porque no se postuló a nada. Fue el ciudadano, un 51 por ciento del padrón electoral, el que dijo NO. Y en ese porcentaje hay opositores como militantes y simpatizantes del MAS que optaron por expresar sin temor lo que en su discernimiento era mejor para el país y su partido.
Esa fecha ganó el MAS porque supo que tiene un 49 por ciento que lo apoya y que votaría por la sigla en unas elecciones generales. Porcentaje que lo puede mantener en el poder si hasta el 2019 satisfacen las necesidades del pueblo. Ganó su líder porque supo que hubo una mala decisión al convocar al referendo, y ganará si no se deja envolver por mentiras de quienes crean espejismos políticos para satisfacer sus propósitos.
Usted amigo lector sabe mejor que nadie por qué votó SÍ o NO. Y con certeza que ninguna historia hecha libro, o un amor mal pagado influyó en su decisión. Con certeza que se sonríe cuando unos y otros se adueñan de la misma. Y hágalo, siga firme en su derecho democrático.
Si lo considera pertinente festeje con sus amigos el resultado del referendo. O si es su caso, reniegue del mismo, pero que sea con respeto porque mientras vivamos en democracia podemos expresarnos libremente.
Pero festeje o no, un ejercicio interesante es descubrir si hay verdades en este proceso. Y para ello, hay que preguntarse qué es verdad. ¿La Constitución sirve para algo? ¿Somos un Estado Plurinacional, se avanzó en ese sentido? ¿La economía es plural, se respeta la inversión suya, la de su amigo, la legal? ¿Su jubilación está garantizada? ¿Y la autonomía dónde está? ¿La Madre Tierra es madre o sólo es una falsa realidad que permite desforestación, explotación irracional de los recursos naturales? El machismo, que puede ser centro de lo que se presenta como la mentira, ¿no será que llevó más votos al SÍ que al NO? ¿Será racional después de 11 años culpar a otros de los males actuales?
Sabe mi estimado lector, la única verdad en esta estúpida e irracional campaña es la verdad de su voto. Y que no se lo arrebaten porque si eso sucede la democracia muere. Sea libre pensante aunque se lo prohíban.
El autor es periodista.
Columnas de JORGE MELGAR RIOJA