Nota dulce para los apicultores
Cochabamba se ha convertido en el primer productor de miel de abejas del país, motivo de orgullo y de reflexión en una época en que la sequía y los cambios climáticos bruscos azotan a nuestro territorio impidiendo la floración adecuada, y en el que las abejas corren serios peligros de extinción a lo largo de todo el planeta.
El éxito en los resultados (430 toneladas del producto; es decir 260 toneladas más que durante el año 2015) se debe a una adecuada capacitación y constancia en el trabajo que han establecido los integrantes de la Federación de Apicultores de Cochabamba, compuesta por 5.600 meleros.
Entre sus logros no sólo está el haber apostado por la unión de su sector como principal motor para desarrollar una industria creciente; sino los 3.360.000 bolivianos de ingreso (2016), permitiendo su fortalecimiento y la posibilidad de plantearse nuevos y más ambiciosos retos, como pensar en productos alternativos, fabricados a partir de la miel para generar un valor agregado.
Hombres y mujeres de todos los países prefieren hoy alimentarse sanamente; optan por lo orgánico, consumen líneas de cuidado personal fabricadas a base de elementos naturales, siendo la miel de abejas una de las materias primas más codiciadas en distintos campos de la estética, farmacéutica y otros, convirtiendo a este producto en una joya potencial con miras a una pronta exportación.
Resta insistir en la importancia de que las gobernaciones y alcaldías apoyen estas iniciativas e inviertan recursos para sumar capacitación, agregar tecnología al sector, incentivar a las certificaciones de calidad para los productos y trabajar en una normativa para la exportación, que permita a los apicultores expandir sus mercados y ganancias.